Uno de los entrenadores que dejó toda una huella en el fútbol chileno fue Vicente Cantatore, quien fue campeón con Cobreloa y Universidad Católica y hasta dirigió a la «Roja» en 1984.
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Pero el presente del argentino nacionalizado chileno es bien compliicado, pues a sus 84 años padece alzheimer y está pasando la cuarentena por el coronavirus solo en una residencia de adultos en España.
Su hijo, Marcelo Cantatore, expresó a El Mercurio de Valparaíso: «Mi padre se encuentra bien; en su residencia no ha habido casos de contagio, pero lamentablemente llevo mucho tiempo sin poder ir a verle».
El otrora adiestrador vive en una residencia de ancianos en La Cistérniga desde 2013, ya que su familia se había asentado y consideraba que estaría mejor atendido.
Sin embargo, la pandemia de coronavirus ha puesto en jaque a este tipo de establecimientos, que han focalizado gran parte de las víctimas por el covid-19.
Vicente Cantatore fue un entrenador que hizo historia en el fútbol chileno en la década de los 80: llevó a Cobreloa a dos finales inolvidable de la Copa Libertadores.
Nació en Rosario, Argentina, en 1935. Como futbolista, defendió los colores de Talleres de Belgrano, San Lorenzo de Almagro, Tigre y Talleres de Córdoba, en Argentina. En 1960 llega a Chile para militar en Rangers de Talca, en 1964 firma por Santiago Wanderers, donde fue campeón en 1968, y en 1970 se incorporó a Deportes Concepción, donde se retiró del fútbol activo en 1973.
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Fue justamente el club de la Octava Región el primero en su exitosa carrera de técnico. En 1980 llegó a Cobreloa, conquistando dos títulos y disputando la final de la Copa Libertadores con Flamengo y Peñarol.
Entre los numerosos clubes donde estuvo en la banca técnica figuran Valladolid, Sevilla, Tenerife y Sporting de Gijón, de España; Sporting de Lisboa, de Portugal; Rosario Central, de Argentina, y Universidad Católica y Colo Colo, de Chile.
En 1984 dirigió a la selección chilena en un encuentro amistoso ante México, disputado el 28 de octubre en Santiago, con triunfo de la “Roja” por 1-0, pero no siguió al mando de la escuadra nacional por desavenencias con el entonces presidente de la Federación, Miguel Nasur.
