Desde el 29 de diciembre de 2013, cuando disfrutaba de vacaciones navideñas con su familia en los Alpes franceses y sufrió un gravísimo golpe en la cabeza con una roca mientras practicaba esquí, el estado real de Michael Schumacher es un misterio.
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El ganador de siete campeonatos de la Fórmula 1, hoy de 51 años, es mantenido en su hogar en Suiza bajo un estricto secreto, pues los suyos siempre han decidido mantener su privacidad, lo que genera muchos rumores acerca de cómo está en verdad “Schumi”.
Hace poco surgió el rumor sobre una posible transfusión de células madre para mejorar su estado, pero al final parece que tal chance fue desechada, más encima considerando los peligros debido a la pandemia de coronavirus.
Y este sábado 4 de julio el “Daily Mirror” de Inglaterra reveló en un comentado artículo firmado por Jane Lavender algunas de las consecuencias del grave accidente que lo dejó con secuelas cerebrales.
Bajo el título “Los devastadores problemas de salud secretos de Michael Schumacher después de un horrible accidente de esquí”, la nota asegura que el alemán sufre de un notorio deterioro físico, lo que lo hace ser muy diferente a la persona que transitaba por las pistas de Fórmula 1.
Se informa que quien corrió para las escuderías Jordan, Benetton (campeón en 1994 y 1995), Ferrari (monarca en 2000, 2001, 2002, 2003 y 2004) y Mercedes padece de una atrofia muscular avanzada y de una osteoporosis que ha hecho que sus huesos se debiliten, debido a todo el tiempo que ha pasado acostado en una cama.
“Debemos imaginar a una persona muy diferente de la que recordamos en la pista, con una estructura orgánica, muscular y esquelética muy alterada y deteriorada. Ese es el resultado del trauma cerebral que sufrió”, dijo tiempo atrás el neurocirujano italiano Nicola Acciari.
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Cabe recordar que el casco que Michael Schumacher usaba el día del accidente impidió que el impacto fuera mayor, pero aún así debió ser trasladado de urgencia a un hospital en el que fue objeto de dos cirugías.
Estuvo en coma inducido por varios meses y tras despertar a mediados de 2014 fue trasladado a una clínica para comenzar su rehabilitación. En septiembre de ese año, la familia decidió continuar con los tratamientos en la intimidad de su casa.
Y desde entonces el entorno de Michael Schumacher ha mantenido un silencio casi estricto respecto del estado de su salud. Solo tienen acceso a él su esposa, Corinna Betsch, y sus hijos Mick y Gina-María. También se ha mantenido muy cerca Sabine Kehm, su portavoz.
“Pueden estar seguros de que él está en las mejores manos y que estamos haciendo todo lo humanamente posible para ayudarlo. Comprendan si seguimos los deseos de Michael y mantenemos un tema tan delicado como la salud, como siempre lo ha sido, en privado. Al mismo tiempo, les damos las gracias por su amistad y les deseamos un feliz y saludable año 2019″, escribió la familia en un comunicado publicado el 2 de enero de 2019, un día antes del cumpleaños número 50 del alemán. Esta ha sido la única información oficial que trascendió desde el accidente de diciembre de 2013.