Colo Colo

De a poco, vuelven las sonrisas en el camarín de Colo Colo

El plantel estaría en vías de solucionar los problemas generados por el pago de 500 millones que deberían recibir seis referentes del Cacique, por concepto de derechos de imagen negociados con anterioridad. Movidos por mejorar la imagen ante su público, los futbolistas esperan resarcirse en cancha.

(DRAGOMIR YANKOVIC/PHOTOSPORT/DRAGOMIR YANKOVIC/PHOTOSPORT)

El proceso vivido por Colo Colo durante la crisis sanitaria ha sido duro. Y no precisamente porque el coronavirus haya golpeado y mellado sus huestes, sino porque la detención de la competencia trajo aparejado una serie de conflictos, cuyos resultados han sido tan complejos como los de la propia enfermedad que generó todo. Porque, cuando parecía que las heridas se sanaban y comenzaban a reconciliarse jugadores con dirigentes, el pago de Blanco y Negro de los derechos de imagen a seis miembros del plantel volvió a sembar el disgusto y las miradas desconfiadas en el camarín albo. Pero, a poco más de dos semanas de ese asunto, el plantel parece haber encontrado la fórmula para aliviar ese enfrentamiento.

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Si bien cuando la concesionaria decidió mandar al primer equipo a la Ley de Protección del Empleo a cobrar su seguro de cesantía, hubo algunos miembros del plantel disconformes con el manejo de las negociaciones, todo pareció aquietarse con la cuarentena. Y como la distancia es el olvido, el confinamiento pareció cicatrizar las heridas que pudo dejar ese capítulo.

Pero habría más.

Cuando el trabajo en cancha volvía, y los jugadores ya se frotaban las manos por recibir su cheque con el sueldo íntegro a fin de mes, el directorio de B&N aprobó el pago de 550 millones de pesos por derechos de imagen a Esteban Paredes, Carlos Carmona, Juan Manuel Insaurralde, Nicolás Blandi, Matías Zaldivia y Pablo Mouche.

Ahí sí que ardió el vestuario popular.

Si bien el pago no correspondía a todos, pues el club hace contratos comerciales, paralelos, con quienes son “rostros” del equipo, la noticia del pago no cayó bien entre quienes no tienen ese trato que son, además, quienes tienen sueldos menores que esos seis cracks.

Pero, en beneficio de la convivencia, el diálogo generó ciertos acuerdos.

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Por lo pronto, esos 550 millones se dividieron finalmente entre las partes, con el compromiso del platel de ir compensando el dinero a los seis con los premios de la Copa Libertadores y los tres amistosos que se negociaron para resarcir los efectos del paso por la Ley de Protección del Empleo.

Así, el vestuario albo comienza, poco a poco, a recuperar las sonrisas y a reconstruir las confianzas, más necesarias que nunca ante la inminencia del retorno de las competencias.

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