El 26 de junio del 2016, Lionel Messi se mandó la siguiente declaración. «Nos toca perder tres seguidas. Es una lástima, pero no se da. Lo intentamos, lo buscamos. Es un momento duro. Lo primero que se me viene, y lo pensaba en el vestuario, es que ya está, se terminó para mí la selección«, decía el astro en Estados Unidos, luego de que Argentina cayera en la definición de la Centenario 2016 ante la «Roja».
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El acierto periodístico, esa noche en el MetLife Stadium de Nueva York, fue del enviado especial de TyC Sports. Este martes, el mismo medio se adelantó incluso a los de Cataluña y anunció la bomba más ruidosa de los últimos tiempos en el mundo del fútbol: «Leo» se quiere ir del Barcelona.
Tal como en esa jornada estadounidense, donde la «Pulga» y la «Albiceleste» perdieron su tercera final consecutiva en tres años, sumada a la del Mundial de Brasil 2014 y a la de la Copa América de Chile 2016, el «Barça» viene de tres golpes duros en la Champions League, su gran objetivo en las últimas temporadas. La Roma fue el primer verdugo, dando vuelta un 1-4 con un 3-0 en Italia, y después fue el Liverpool, que remontó un 0-3 con un 4-0 en Inglaterra.
El 2-8 a manos del Bayern Múnich en los cuartos de la reciente «Orejona», esta vez a partido único, fue un mazazo muy fuerte para el crack transandino. Lo que terminó por colmar su paciencia fue la limpieza de camarín que está haciendo Ronald Koeman, que implicó la salida de su amigo Luis Suárez y también la de Arturo Vidal, otro de sus cercanos.
Tal como con la AFA, el rosarino está aburrido de los errores dirigenciales de la cúpula «culé». Y al igual que en su seleccionado, el mal trato a sus escuderos en la cancha lo tiene cansado.
Con la «Celeste y Blanca» dio marcha atrás y anunció su regreso dos meses más tarde. Con los azulgranas no es tan sencillo, pues hay mucho dinero en juego, nada más y nada menos que 700 millones de euros.
¿Esta renuncia de Messi también será con elástico?
