El desgarro de Pablo Mouche, cuando apenas empezaba el partido, fue un presagio de lo que sería la visita de Colo Colo al Athletico Paranaense, por el Grupo C de la Copa Libertadores. Los albos tuvieron un arranque de terror en el estadio Arena da Baixada de Curitiba y terminaron pagándolo con una derrota por 2-0.
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Apenas salió de la cancha sintética el lesionado extremo argentino, quien fue reemplazado por Leonardo Valencia, llegó la primera estocada de los brasileños. Un tiro de esquina al área chica encontró estancado en la línea a Brayan Cortés y Felipe Campos «peinó» la pelota hacia su propio arco, cuando sólo iban 7′.
El «Cacique» ni siquiera alcanzó a recuperarse del primer golpe, cuando llegó el segundo. A los 14′, el arquero colocolino tuvo una floja reacción en un remate cruzado, Gabriel Suazo llegó tarde al cierre y también terminó metiendo el balón en su propia puerta.
Los autogoles dejaron grogui al equipo de Gualberto Jara, que estuvo lejos de esbozar una reacción en la fracción inicial. Así, cómodos, los locales se fueron al descanso con una tranquilizadora ventaja de dos goles.
Cero peligro
El complemento tampoco empezó bien para Colo Colo, que salió con una línea de tres en el fondo, con César Fuentes como líbero. Ahora el lesionado fue Óscar Opazo, quien fue reemplazado por el joven Bryan Soto.
Más allá del cambio táctico, el equipo chileno siguió sin generar nada de peligro. Jara agotó las modificaciones y dejó en la banca a Nicolás Blandi.
Así se consumió el segundo tiempo, con tibios intentos albos que quedaron en nada. Con la derrota, el «Cacique» se estanca en seis puntos, tres menos que el Athletico Paranaense, mientras que el Jorge Wilstermann y Peñarol -rival colocolino el próximo martes-, que se enfrentan hoy en Bolivia, tienen tres unidades cada uno.