Más allá de lo que pase con Rueda después de la derrota en Venezuela, que es un resultado “sacatécnicos”, vale la pena una autocrítica como medio. Al menos la hago desde mi tribuna, pese a que desde el principio le di el beneficio de la duda al colombiano, aclarando que no era para nada mi favorito, pues pensaba que con su llegada se cortaba la tendencia bielsista-sampaolista que ha tenido más sintonía con la “Generación Dorada”.
PUBLICIDAD
Sacando la virtud de que “Rei” es una buena persona, porque no se le contrata para caer bien, el caleño fue apuntado desde que llegó. De hecho, ni siquiera había debutado por los puntos y ya varios lo querían fuera, y lo trataban de “flojo”, a pesar de que estaba haciendo justamente lo que debía hacer en los amistosos posteriores a la dolorosa eliminación de Rusia 2018, que era probar jugadores por montones, a ver si alguno se acercaba al nivel de los referentes, ya en la última etapa de sus carreras.
La más que aceptable actuación en la Copa América de Brasil obligó a muchos a guardarse su arsenal de críticas por un rato, a la espera del primer tropiezo en las Clasificatorias. Y qué mejor que lo que pasó en Caracas para volver a la carga, para sacar a relucir el “siempre dije”.
Es cierto que varias nóminas han incluido nombres difíciles de explicar y también que ha habido ausentes ilustres, seguramente por el camarín quebrado que heredó el “cafetero”. Tampoco hay que olvidar que prácticamente nunca ha podido contar con plantel completo, con una lesión tras otra.
Se vaya o se quede Reinaldo Rueda, voltear a los entrenadores lo más rápido posible se está convirtiendo en un ejercicio común en el periodismo deportivo, con las redes sociales como principales aliadas. #YoLoDije