Diego Armando Maradona era la persona más requerida en el mundo del fútbol. Por eso, al lugar donde iba, intentaban «enchufarle» una camiseta para restregarle la foto a los rivales.
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En Chile no fue el caso, no fue a la fuerza para una imagen a la rápida, sino para jugar un partido. Fue el 2 de marzo del 2006, en San Carlos de Apoquindo, cuando se calzó la «10» de Universidad Católica para enfrentar a un seleccionado nacional.
El encuentro fue organizado por el Sindicato de Futbolistas Profesionales para homenajear a Nelson Tapia, Pedro Reyes, Nelson Parraguez, Fabián Estay y Marcelo Salas. El astro argentino, siempre con buena disposición para ayudar a los organismos gremiales de los jugadores, llegó hasta la precordillera y entró a los 46′, por Francisco Arrué, para ser reemplazado a los 86′, por Willy Topp.
La «Roja» se impuso por 2-0, con goles de Luis Jiménez y Pablo Contreras. El resultado pasó a segundo plano ante la presencia del, para muchos, mejor futbolista de la historia con la vestimenta de la UC, que le dedicó un mensaje a través de Twitter recordando esa jornada.