El Gráfico Chile

‘Tati’ Buljubasich: “Sería un sueño dar el salto a Europa, pero sé que es difícil”

El gerente técnico de Universidad Católica explica el proceso de búsqueda del nuevo entrenador y confiesa los detalles que han convertido su gestión en exitosa, luego de las críticas iniciales de los hinchas.

José María Buljubasich
José María Buljubasich. Photosport

En unos meses, en junio, cumple 11 años en el cargo. No sólo es el gerente técnico que más tiempo lleva en esa función en el fútbol chileno. También es la referencia. Con seis títulos nacionales, una Copa Chile y dos Supercopas, el análisis de la gestión no puede ser otro que exitoso. Sin embargo, pese a ello, la intensidad del trabajo no da tregua. Extender las buenas campañas no es sencillo. Menos cuando toca buscar refuerzos y, además, reemplazar al técnico por tercera temporada consecutiva. Por eso, el WhatsApp de José María Buljubasich no deja de sonar en media hora de conversación. 

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Ya parece cábala: Universidad Católica sale campeón y cambia de técnico…

—Sabíamos que podía pasar. Es una cláusula que ha estado en los contratos de los últimos entrenadores. Siempre previendo la situación, tenemos una base de datos de posibles técnicos. Y, cuando se ejecuta la cláusula de salida, se activa la búsqueda, pero uno se encuentra con varias situaciones: alguno que no puede venir, alguno que siendo alternativa queda descartado por equis motivos, y así… Siempre hay una incertidumbre, pero estamos trabajando en eso y esperemos que en los próximos días podamos llegar a buen puerto.

Para la selección chilena la ANFP dijo que evaluó a 17 técnicos y parecía una cifra exagerada. Ustedes, ¿entre cuántos eligen?

—La lista es enorme, larguísima, porque no se puede descartar a nadie. Tratamos de analizar a un montón de entrenadores, y no sólo a los que seguimos, sino también a los que nos ofrecen. Es parte de nuestro trabajo. Hay parámetros que manejamos, que no son los mismos para todos los clubes, y que varían según los momentos. Esa lista se va a achicando entre los directores y  la secretaría técnica, para llegar a seis o siete candidatos, y terminar entrevistando a tres o cuatro, y elegir a quien creemos que es el adecuado para este momento.

Lo de “renovarse en el éxito” es bien manoseado, pero suena complejo, más con un inédito tricampeonato a cuestas. ¿Hay más presión?

—La presión siempre está: cuando vienes de no salir campeón, cuando fuiste campeón… Uno no está tranquilo, porque -en esto- nadie puede asegurar nada. Pero sí puedes contar con que tienes un plantel que no se relaja, que es competitivo, que quiere seguir ganando. Eso nos da tranquilidad. El cuerpo técnico que venga va a encontrar eso en el camarín. A partir de ahí, hay una base para trabajar y pelear por nuevos objetivos. En ese sentido, creemos que vamos a seguir siendo un plantel competitivo y que va a pelear por objetivos mayores a nivel nacional, que es salir campeón, aunque eso no lo puede garantizar ninguno de los equipos. La idea es que no va a haber relajo; eso, seguro. Luego, tratar de acompañar al cuerpo técnico y al plantel a lo largo del año, es parte de lo que te puede llevar al éxito.

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¿Por qué Católica le ha sacado tanta diferencia al resto de los equipos, sobre todo a Colo Colo y la “U”?

—No puedo hablar del resto. Pero, en los últimos 10 años, si bien hubo momentos de muchas críticas, Católica ha sido siempre competitiva. Peleábamos campeonatos, llegábamos a semifinales de Copa Sudamericana… La razón de que el club haya estado así todo este tiempo es que ha habido un directorio que ha trabajado bien, dando los lineamientos para que -quienes estamos abajo- lo hagamos de la mejor manera posible. Ahí radica, a mi juicio, la base del buen trabajo a largo plazo. Eso es el proceso y proyecto que ha tenido Cruzados en este tiempo, y que uno visualiza que seguirá en esa línea, porque el directorio mantiene políticas claras, a las que nos tenemos que ajustar y que -muchas veces- no son compartidas por los hinchas o el periodismo, pero nos han dado resultados. Esperamos que podamos seguir trabajando de buena manera y que los éxitos sigan, porque no hay nada más lindo que salir campeón.

(DRAGOMIR YANCOVIC/PHOTOSPORT/DRAGOMIR YANCOVIC/PHOTOSPORT)

¿Y la clave para una buena gestión en la gerencia técnica?

—No sabría responder. Uno trata de achicar los márgenes de error, de hacer autocrítica permanentemente, saber que siempre hay que seguir creciendo y trabajando duro. Eso tiene costos familiares y de salud, porque se sufre bastante, porque se pasa de estar peleando los campeonatos a armar el plantel al comienzo de las copas, y así… Es parte del cargo. La clave está en seguir trabajando, y hay algunas habilidades blandas que hay que tener para el relacionamiento con los cuerpos técnicos, los jugadores y el directorio. Muchas veces los análisis van muy a los datos duros, de si se contrata bien o mal. Pero hay muchas cosas que tienen que ver con la gerencia deportiva que la gente no visualiza, y ahí puede estar la clave.

¿Cuánto le queda como gerente técnico?

—Me gusta lo que hago. Como los jugadores o los técnicos, sería un sueño dar el salto a Europa, en una posición como esta, pero sé que es difícil, porque, en general, los gerentes deportivos están más bien relacionados con la historia de cada club y su conocimiento interno, y es más difícil que alguien de estas latitudes pueda hacerlo. Por lo tanto, no me ilusiono demasiado. Pero lo que hago me gusta y, mientras tenga la ilusión y las ganas, voy a seguir haciéndolo.

¿Y lo haría en otro club chileno?

—No sé, podría ser. No lo he pensado. Si tengo que salir de Católica algún día, evaluaré lo que haya. Pero, por lo pronto, trataré de hacer las cosas lo mejor posible para poder seguir acá. El tema es el desgaste físico, familiar, y los tiempos, que no son muy sanos para la vida familiar. En ese sentido, uno es muy meticuloso y dedicado, y eso tiene costo. Veremos cuánto me aguanta la familia también. Por lo pronto, lo estamos disfrutando, más ahora que las cosas están saliendo bien.

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