Tras la salida de Reinaldo Rueda, el 13 de enero, la Anfp se metió en una carrera a contrarreloj. En ese entonces, a menos de dos meses y medio del retorno de las Clasificatorias, Pablo Milad y Francis Cagigao sintieron la cuenta regresiva que les iban recordando diariamente. Por eso, el 10 de febrero, luego de evaluar a 17 técnicos, el presidente del organismo de Quilín anunció la llegada de Martín Lasarte. Poco le importó quitarle gran parte del protagonismo de ese día a Universidad Católica, que por la noche se coronaría tricampeona.
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No había tiempo que perder. Por eso mismo, en plena cancha de San Carlos de Apoquindo, el timonel del fútbol chileno le daba la bienvenida al entrenador uruguayo. Quedaba un mes y 15 días para su estreno, ante Paraguay en Santiago.
Sin embargo, la pandemia quiso otra cosa y, el sábado, la Conmebol informó la postergación de la fecha doble que se avecinaba, donde, además del duelo contra los “guaraníes” del 30 de marzo, la “Roja” debía visitar al siempre duro Ecuador en Quito. Viendo el vaso medio lleno, puede ser un golpe de suerte para “Machete”, como él mismo expresó en entrevista con El Gráfico.
Lasarte: “Al final, tener más tiempo ahora es comprimir los tiempos después»
“Cuanto más tiempo tengamos, mejor”, reconocía el DT de la selección chilena la semana pasada, antes de que se conociera oficialmente el aplazamiento. “Desde el punto de vista, por ejemplo, de tener algún tipo de trabajo extra con los jugadores del medio local, sería buenísimo. También por la recuperación de algunos que están en el exterior con alguna cosita, darles unos días más nos permitiría que llegaran en mejor condición. Pero esto es relativo, después se te lastima otro”, complementaba.
El adiestrador “charrúa” sabe que, en lo inmediato, un margen mayor para trabajar le posibilitará, quizá, organizar algún amistoso para no debutar directamente por los puntos. Con seguridad podrá desarrollar más microciclos, no sólo el que tiene planeado entre este jueves y el sábado.
No obstante, pensando a largo plazo, el seleccionador nacional también tiene claro que el calendario estará más apretado que nunca. “Al final, tener más tiempo ahora es comprimir los tiempos después, porque te meten cuatro partidos o juegas una semana y a la siguiente empieza la Copa América”, advertía.
Y probablemente así será, ya que la postura que suma mayor adhesión para recuperar los encuentros suspendidos es la de disputar fechas triples antes y después del certamen continental que se llevará a cabo en Argentina y Colombia. La próxima ventana eliminatoria está pactada originalmente para el 3 y 8 de junio, mientras que la siguiente está fijada para el 2 y 7 de septiembre.
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Entremedio está programado el campeonato de selecciones más antiguo del planeta, entre el 11 de junio y el 10 de julio, en principio. En esa línea, cobraría sentido que algunos combinados decidan jugar el torneo sudamericano con planteles alternativos, para no forzar el físico de sus figuras, que ya llegarán bastante desgastadas tras una temporada extenuante en sus clubes, siempre debido al covid-19.
Las Eliminatorias más difíciles del mundo se vuelven aún más complicadas.