Dale McLaughlan es un joven escocés que no aguantaba más estar separado de su novia, a quien conoció mientras trabajaba en la isla de Man, territorio británico autónomo ubicado en el mar de Irlanda.
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Sin embargo, tras terminar su contrato debió volver a su casa en la ciudad escocesa de Ayrshire, y pese a la cercanía de su país con la isla, no pudo volver a ver a su pareja, según consigna BBC.
Esto debido a que la isla de Man prohibió las visitas a los ciudadanos que no sean residentes del lugar, como una medida par prevenir el coronavirus.
Pero McLaughlan no aguantó más estar separado y pese a nunca haber andado en una, arrendó una moto de agua para recorrer los 40 kilómetros que lo separaban de la isla.
Acorde a sus cálculos, debía demorarse alrededor de 40 minutos en llegar al lugar. Sin embargo, el mar estaba bastante bravo, por lo que tardó cuatro horas. Tras esto, recorrió a pie 24 kilómetros hasta llegar a la casa de su novia.
Pese a esto, la historia no tuvo un final feliz, ya que las autoridades se enteraron que el joven estaba en la isla, además que había salido a una discoteca con su pareja para celebrar el reencuentro.
Ante esto, un juez lo condenó a cuatro semanas de prisión por violar de forma «intencional y premeditadamente» las restricciones de ingreso a la zona producto de la cuarentena, pese a la solicitud del abogado defensor, quien pedía indulgencia para el joven.