César Lagos se llama el pastor evangélico que se enfrascó en una disputa con militares e inspectores la noche del miércoles debido a que en su casa de Los Ángeles realizaba un culto no permitido por las restricciones sanitarias. Fue formalizado por lesiones graves e infringir el Código Sanitario.
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El hombre dio una entrevista a “Las Últimas Noticias”, donde dijo que “yo no soy pastor, soy conductor de transportes”. Además, indicó que la ceremonia era “un culto, pero familiar. Estaba en casa con mi esposa, mis tres hijas, mi yerno, unos familiares y dos niños. No éramos más de diez”.
Lagos dijo que los problemas empezaron cuando los militares “querían entrar a mi casa, pero no los dejé porque no tenían una orden. Luego salí a guardar mi auto y comenzaron los problemas”. Y ahí le añadió al diario: “El jefe de la patrulla militar me trató de forma inadecuada: me levantó la voz y no quiso identificarse”, dijo.
Qué pasó después
Luego, él le pidió “que se fueran en su auto (el blanco que se ve en el video), pero el militar se interpuso. Yo retrocedí para que el auto se fuera para atrás y en ese momento sentí un golpe de la camioneta”, aludiendo a la imagen que se ha expandido por las redes sociales, en las que aparentemente simula un atropello.
Él dice que así fue. “No, me pegó y quedé con lesiones (…) fue un error torpe. Lo hice para que la camioneta parara y no siguiera al auto blanco (…) Si fuera actor, lo habría hecho mejor y nadie se hubiese dado cuenta”, señaló.
“Yo me arrepiento de mi reacción, me equivoqué y pongo el pecho a las balas. Les pido perdón a todos los que se sientan perjudicados, partiendo por el militar”, señaló a “Las Últimas Noticias”.