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Trastornos de lenguaje: 95% de las matrículas de educación especial parvularia corresponden a estos casos

El Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) creció un 6% entre 2010 y 2016, y hoy representa el 95% de las matrículas de educación especial parvularia en Chile, según una publicación del Centro de Estudios de la Unidad de Estadística del Ministerio de Educación (año 2018).

Según el Estudio Indicadores de la Educación en Chile, del Ministerio de Educación, los TEL representan un 68.2% de los problemas que tratan establecimientos o escuelas básicas con programas de integración escolar y que entregan apoyo a niños y niñas. Le siguen dificultades intelectuales y trastornos auditivos.

Consecuencias en la adolescencia

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Francisca Pozo, fonoaudióloga y jefa de Programa del Diplomado “Abordaje Fonoaudiológico Integral del niño en etapa escolar” en Universidad Católica explica que si bien la mayoría de los niños tratados por TEL en etapa preescolar, superan sus dificultades; un 40% presentarán en la adolescencia alguna dificultad socioafectiva o del aprendizaje, y entre un 50 y un 75% experimentarán problemas en la lectura.

“Los niños con dificultad de comunicación, entre ellas TEL, pueden presentar dificultades o trastornos emocionales, cognición social o habilidades sociales, función de planificación, aritmética, baja autoestima, y dificultades en la motricidad fina”, precisa Pozo.

Ojo con el consumo de videos y juegos en tablet

Para la fonoaudiologa, Camila Torres de Clínica Dávila «el aumento de este fenómeno tiene gran relación con el consumo de contenido digital». La profesional señala que dejar que los niños vean videos o jueguen con tablets sin supervisión adulta y sin una interacción del lenguaje, no es lo correcto.

«Se están perdiendo las instancias de interacción, en las que los niños practican su lenguaje», añadió. Como recomendación, Torres señala que es bueno contar con juguetes, figuras y bloques que permitan a los padres jugar con los niños e ir reforzando su vocabulario.

Si no se trata el trastorno, las consecuencias pueden acompañarlos por varios años. De hecho, el desarrollo adecuado del lenguaje no solo impacta la comunicación y el aprendizaje, sino también el desarrollo psicomotor, cognitivo, el lenguaje social y emocional, e incluso habilidades de cálculo y solución de problemas matemáticos.

La importancia del tratamiento

Magdalena Muñoz, directora del Programa de Pregrado y profesor asistente de la Carrera de Fonoaudiología de la Pontificia Universidad Católica, señala que «la mejor forma de intervención en TEL es el trabajo interdisciplinario, con fonoaudiólogo, educador diferencial y/o psicopedagogo, el profesor y la familia».

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«Y en algunos casos también psicólogo, terapeuta ocupacional y médico. Además se requiere un enfoque integral del niño/a en todos los ámbitos y no centrada únicamente en la sintomatología o clínica», añade la especialista.

Apoyo familiar

Como herramienta de apoyo, es importante elegir libros y cuentos de acuerdo a la edad del niño(a). Así, comenzar con libros en los que predominan las imágenes y tienen textos breves, y explicar antes que leer, en palabras simples. Luego generar preguntas y reforzar ideas, jugar a imaginar otros finales o ver asociaciones con la vida real.

Más allá de los recursos como libros, películas y juguetes, la vida cotidiana es una oportunidad para desarrollar el lenguaje. Mejor aún, si es con el apoyo de toda la familia.

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