El papa Francisco preside este viernes en Roma su primer Vía Crucis nocturno alrededor del Coliseo romano, que conmemora el calvario de Cristo hasta su cruxifición.
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El nuevo pontífice llegó a las 20H00 GMT al célebre monumento romano, en donde miles de personas, la mayoría con antorchas, lo esperaban.
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El Papa argentino, de 76 años, sigue como espectador, desde la colina del Palatino, buena parte del Vía Crucis, sin recorrer a pie las 14 estaciones.
El nuevo pontífice, elegido el pasado 13 de marzo, fue recibido por el alcalde de la ciudad, Gianni Alemanno, y estaba acompañado por el prefecto de la Casa Pontificia, monseñor Geor Gänswein, secretario particular del papa emérito Benedicto XVI y quien se encarga de su agenda.
Según la leyenda, fue en el Coliseo donde los cristianos fueron arrojados a los leones durante las persecuciones de los primeros siglos.
Este año, el Vía Crucis tiene la impronta de su predecesor, Benedicto XVI, quien había encargado las meditaciones que se leen en cada estación al patriarca de la Iglesia maronita libanesa Bechara Rai y éste encomendó a dos jóvenes su redacción.
Se trata de una forma de destacar el drama que vive Oriente Medio, con la guerra de Siria, pero también la difícil coexistencia entre musulmanes y cristianos, el auge del islam y la huida de muchos cristianos de la región ante la persecución que sufren.