La crisis económica que viene golpeando a Grecia desde el año 2010 no sólo ha dejado desempleo, recortes, disturbios y pobreza a su paso. La falta de oportunidades también ha disparado el consumo de drogas, pero no precisamente el de los narcóticos clásicos.
Por las calles de Atenas y las principales ciudades afectadas por la depresión, una asesina silenciosa se pasea amenazando a los más vulnerables. Se trata de la denominada sisa, también conocida como la “cocaína de los pobres” o la “droga de la austeridad”.
La sisa se comercializa en forma de polvo y tiende a consumirse fumada. Su ingrediente básico es la metanfetamina, pero suele preparase con aditivos como ácido para baterías, aceite de motor, champú e incluso sal. Pero una de las claves de su éxito es su precio, dos euros por dosis (unos 1.300 pesos chilenos).
“Esta droga no ha llegado a Chile, pero el consumo de este tipo de sustancias (metanfetaminicos) es parte de una tendencia mundial actual”, explica a Publimetro el sicólogo y director de uno de los centros de rehabilitación de drogas de la Corporación La Esperanza, Julio Figueroa.
“Los efectos están ligados a la alta toxicidad de este tipo de drogas y a que la persona alcanza grados de inconsciencia significativos, aumentando la tendencia a comportamientos violentos hacia sí mismos y terceros”, advierte.
El experto señala que al fumarse, los efectos de la sisa son inmediatos, generando un daño permanente en el sistema nervioso central. “La gente que consume esto busca la inconsciencia total para la evasión de situaciones extremas de pobreza o afines”, sentencia Figueroa.
Y es que hoy las calles helenas no solamente se distinguen por su pasado histórico. Hoy muchos griegos deambulan bajo los efectos de la “cocaína de los pobres” y otras sustancias que ha traído la crisis. Hoy la antigua Grecia vive días grises, esperando despertar de su letargo.