La revolución comenzó en una pila de basura, cuando un comerciante de antigüedades encontró una pintura horrible y la enmarcó. Desde ese momento nació el Museo del Arte Malo (MOBA, por sus siglas en inglés), el cual promociona arte “terriblemente malo, ya sea por concepto o por ejecución” y ha sido tan exitoso que es un movimiento en todo el mundo. METRO habló con su curador, Michael Frank.
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¿Por qué es tan exitoso? ¿Ha aumentado el volumen de arte malo?
No hay escasez de arte malo y nuestro concepto ha sido apreciado por todo el mundo. No es sólo que el arte sea malo, sino que hubo un intento honesto que salió mal en algún lugar, nada cínico.
¿Los artistas se molestan cuando ven sus obras en el Museo?
Obviamente el adjetivo ‘malo’ es problemático y sí pasa. Pero la mayoría está encantada de ser representada y muchos artistas donan su propio trabajo. Hacemos una interpretación de cada pieza y siempre damos al artista un crédito apropiado. Nunca somos irrespetuosos.
Quiero contribuir. ¿Cuál es el estilo más apropiado que tiene el MOBA?
Hay una gran variedad, pero tenemos un montón de gente pintada de azul. También debe ser arte representacional y es físicamente difícil para nosotros tratar con trabajos en 3D.
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El primer sitio fue un baño. ¿El lugar es un aspecto importante?
No. La galería original fue en un teatro y tenemos una nueva exposición en un centro de vida silvestre, en la oficina de un veterinario. Nosotros no usamos animales heridos como arte.
Otras galerías de arte malo han empezado a aparecer. ¿Esto es un movimiento?
Sí, estos lugares deben existir. Hay uno en Australia y otro en Ohio, y ambos nos dan el crédito.
Y ¿cuál es su cuadro malo favorito?
Eso es como preguntar cuál de tus hijos es tu favorito! El último, es normalmente, el más emocionante.
