El caso del indio Pakkirappa Hunagundi ha sorprendido a muchos por su extraña dieta. Según han reportado medios como el Daily Mail, él es adicto a comer ladrillos desde niño y aparentemente esto no le ha generado daños aparentes a su salud hasta ahora.
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Y no es lo único curioso que ingiere: “Aparte de ladrillos, como barro y piedras, pero no me gusta nada. Incluso si me ofrecen un ‘néctar divino’, no lo voy a probar”, advierte, asegurando que “necesita” comer ladrillos a diario. “He estado comiendo ladrillos y piedras durante unos 20 años. Me encanta comerlas. Se ha convertido en una parte de mi vida”, asevera.
“No he sufrido ningún efecto secundario. Mis dientes son absolutamente bien. Puedo morder en la piedra más dura sin ningún problema.”, añade el hombre, cuya madre lleva 20 años tratando de disuadirlo para que deje el particular “alimento”. Según especialistas, la adicción respondería al trastorno de la conducta alimentario llamado Pica. Todo un caso.
Un deseo irresistible
Pamela Campi, nutricionista y experta en trastornos alimenticios de la Universidad Mayor
“Según el Manual de Diagnóstico y Estadísticas de Trastornos Mentales se clasifica a la pica como un trastorno de ingestión de sustancia y de la conducta alimentaria, que se caracteriza principalmente por el deseo irresistible de comer sustancias que no son nutritivas, personas que puedan recurrir a comer tierra, hielo, tiza, por ejemplo.
Se ha visto una asociación con cierto déficit de algunos minerales con este tipo de conductas alimentarias, por ejemplo se ha visto en mujeres con déficit de calcio que tienden a comer tiza o personas con déficit de zinc que consumen tierra, por ejemplo.
(Para la salud) el problema está relacionado principalmente con la cantidad de la sustancia no nutritiva que ingiera la persona… si alguien reemplaza su ingesta de aliento por este tipo de sustancia, a largo plazo se va a desnutrir y va a tener carencias importantes e vitaminas y minerales”