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Rebecca Oldham tenía un dolor abdominal intenso. Esta neozelandesa de 25 años tenía desde hace un buen rato este padecimiento y por eso decidió extirparse los ovarios.
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Para su sorpresa, los médicos encontraron que iba a dar a luz. Su bebé estaba a punto de nacer, y nadie se explica cómo no se dio cuenta de que estaba embarazada, informó el portal Jezebel. Ella tenía severos calambres abdominales, y fue sometida a tres exploraciones, dos análisis de sangre y seis pruebas de embarazo. No encontraron nada, por lo que ella procedió con la remoción de sus ovarios.
Ya estaba casi bajo anestesia cuando le comunicaron que iba a tener un hijo y que tendrían que hacer una cesárea de emergencia. No todos están preparados para semejante noticia, pero ella dijo: “Estoy contenta de despertar y tener otro bebé”, afirmó. “La gente me pregunta ¿cómo no supiste? pero realmente no lo hice”, insistió.
Programas como “No sabía que estaba embarazada” tratan estos casos, pero el de Oldham es extraño, ya que el bebé sorteó todo tipo de chequeos médicos para detectar su existencia.