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Hay lugares en el mundo que quedarán en la historia por los hechos que sucedieron en su interior. Uno de ellos es el ahora abandonado hospital militar de Beelitz-Heilstätten, en la ciudad de Postdam en Alemania, tétricamente célebre por haber atendido al siniestro Adolf Hitler en 1916.
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El nosocomio, construído en 1898 y abandonado en 2000, es en la actualidad un escenario espeluznante sólo visitado por turistas y curiosos que caminan entre camas herrumbrosas, pasillos vacíos y salas de cirugía, dignas de una película de terror. De hecho, el edificio se convirtió varias veces en set de filmación de películas como “El Pianista” de Roman Polanski (2002) y “Operación Valkyria” de Bryan Singer (2002).
Inaugurado como un sanatorio para enfermos de tuberculosis, Beelitz-Heilstätten, se militarizó durante la primera Guerra Mundial para atender a soldados heridos del ejército alemán.
Así fue que del 9 de octubre al 4 de diciembre de 1916, estuvo internado allí un cabo que había sido herido en una pierna en la Batalla del Somme y que 17 años después se iba a convertir en dictador de Alemania y perpetrador de uno de los genocidios más atroces de la historia de la humanidad.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el hospital fue tomado por el Ejército comunista, convirtiéndose en hospital militar soviético. Su último uso fue como clínica privada especializada en problemas neurológicos, concretamente en el tratamiento del Parkinson.
El alemán Christian Schmeer es el autor de este documental no narrativo que explora el interior del Beelitz-Heilstätten.