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El día en que México le ofreció a un príncipe austríaco ser su emperador

Uno de los hitos más curiosos de América Latina se registró el 3 de octubre de 1863, cuando una delegación mexicana fue en búsqueda de un príncipe europeo para el torno del Imperio de México.

Después de su independencia, México tuvo dos intentos por volver a un sistema monárquico, ambos fallidos. Apenas se separó de la corona española, la nación latina del norte adoptó un sistema monárquico en 1821, y su nombre oficial fue Imperio Mexicano. Su primer y único monarca fue Agustín de Iturbide. Ese “ensayo” apenas duró tres años y después se impuso la República. Pero eso no significaría la muerte de los seguidores de la monarquía.

En 1862, México era una nación convulsionada a la que varias potencia europeas observaban con especial atención y con claras intenciones de influir directamente.

La joven república mexicana tuvo que hacer frente a intentos españoles y británicos por controlar los destinos del territorio azteca. Pero sería una arremetida de la corona francesa, encabezada por Napoleón III, la que desestabilizaría al gobierno de Benito Juárez y lo derrotaría militarmente.

En un audaz golpe, el bando monárquico mexicano, apoyado militarmente por Francia, derrotó a las fuerzas republicanas de Juarez, en mayo de 1862. La República quedó reducida a un montón de guerrillas y el presidente elegido no tuvo más que huir.

Pero los seguidores de la monarquía no querían repetir el fallido Primer Imperio liderado por Iturbide, así que esta vez apuntaron a un príncipe europeo para ungirlo como nuevo emperador.

Las principales condiciones que debía cumplir el nuevo monarca eran tres: ser católico, pertenecer a una de las casa europeas y respetar las tradiciones mexicanas. Después de un tiempo de debate, el congreso mexicano optó por el candidato de Napoleón III: el príncipe Maximiliano, archiduque de Austria y miembro de la familia Habsburgo, una de las más poderosas del Viejo Continente.

El 3 de octubre de 1863, hace 155 años, una delegación mexicana viajó a Italia, hasta el Castillo de Miramar, para ofrecerle la corona a Maximiliano, quien tenía 31 años.

El príncipe austríaco aceptó y así se inició la etapa en la historia de México conocida como el Segundo Imperio. El nuevo monarca asumió como Maximiliano I de México el 10 de abril de 1864.

Pero la nueva época imperial también duraría poco. Estados Unidos activó un fuerte apoyo al bando republicano y el presidente Benito Juárez inició una dura resistencia militar que terminaría con el triunfo del bando republicano en 1867.

Pese a la súplicas de las coronas europeas, Maximiliano I fue fusilado el 15 de mayo de 1867, en una clara señal de que la República de México no toleraría más intromisiones europeas en sus asuntos internos.

 

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