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La historia del soldado japonés que se rindió 27 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial

El sargento del ejercito imperial del Japón, Shoichi Yokoi fue encontrado escondido en una caverna en 1972, en la isla de Guam. Al retornar a Japón declaró “tengo vergüenza de regresar vivo”.

El 24 de enero de 1972, 28 años después de la rendición del Imperio Japonés ante Estados Unidos, que puso fin a la Segunda Guerra Mundial, fue encontrado uno los tres últimos soldados nipones que aún se mantenían en estado de guerra y que se resistían a reconocer la capitulación de su emperador.

El sargento del ejercito imperial de Japón, Shoichi Yokoi, estuvo 31 años en guerra. En 1941 fue reclutado y cumplió servicio en territorio chino ocupado por Japón. Ya iniciado el conflicto con Estados Unidos, su unidad fue transferida a las Islas Marianas, en 1943. Yokoi arribó a Guam ese año, donde soportó un intento de invasión por parte de la tropas estadounidenses.

Pero en agosto de 1944, los marines de EEUU toman control de la isla y Yokoi se interna en la selva junto a 10 soldados más.

Tengo vergüenza de regresar vivo”.

Con el paso del tiempo, el grupo se disgregó y el sargento permaneció en una caverna solo, por más de ocho años, viviendo la caza.

En 1972 fue capturado por unos aldeanos, quienes descubrieron quien era Yokoi. El soldado, ya en manos de las autoridades japonesas, reconoció que leyó varios panfletos comunicando la rendición del Emperador, que fueron lanzados por aviones, pero nunca les dio crédito.
Al llegar a Tokio, el sargento aseguró a los medios: “Tengo vergüenza de regresar vivo”. En 1991 fue recibido por el emperador Akihito y falleció en 1998, a los 82 años.

Yokoi, sin embargo, no sería el último soldado japonés en rendirse. En diciembre de 1974 serían encontrados el teniente Hirō Onoda y el soldado Teruo Nakamura.

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