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Dilma Rousseff, Lula da Silva y 83 funcionarios serán investigados por corrupción en Brasil

El fiscal general de Brasil pidió abrir nuevas investigaciones contra 5 ministros de Temer.

La «Lista Janot», una nómina con el nombre de todos los dirigentes implicados en el escándalo de Petrobras delatados por ex directivos del grupo Odebrecht, incluiría, según reportes de la prensa brasileña, al menos a cinco ministros del gobierno de Michel Temer e importantes legisladores.

El fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, envió la lista este martes al Supremo Tribunal Federal (STF) pidiendo abrir 83 nuevas investigaciones contra políticos con fueros políticos. Según medios como O Globo y Folha en la nómina también aparecerían los nombres de los presidentes de la Cámara Baja y del Senado, dos ex presidentes de las República y dos ex candidatos a la presidencia por parte del Partido de la Social Democracia Brasileña (Psdb).

Los cinco ministros involucrados serían

  1. Eliseu Padilha (Casa Civil)
  2. Moreira Franco (Secretaria general de presidencia)
  3. Aloysio Nunes (Relaciones Exteriores)
  4. Bruno Araújo (Ciudades)
  5. Gilberto Kassab (Ciencia y Tecnología).

Los medios brasileños también reportaron que el pedido de investigación involucraría a los ex candidatos presidenciales del PSDB, José Serra y Aécio Neves. En la lista están además los nombres de los ex presidentes de Brasil, Lula da Silva y Dilma Rousseff, y los ex ministros de Hacienda, Antonio Palocci y Guido Mantega, todos del Partido de Trabajadores.

La filtración parcial de la lista aumenta para Temer las preocupaciones sobre la estabilidad de su Gobierno. El presidente brasileño dijo el mes pasado que suspendería a cualquier miembro del gabinete que sea puesto bajo investigación y los despediría sólo si están acusados ​​de corrupción.

Bajo la Constitución federal de Brasil, los legisladores y ministros sólo pueden ser enjuiciados por el STF, donde generalmente los casos tardan años en llegar a juicio.

El presidente no ha sido implicado directamente en el financiamiento ilegal a los partidos y ha negado cualquier ilícito en el escándalo, que se ha prolongado por tres años y se ha centrado en contratos sobrevalorados con la constructora Odebrecht, controlada por Petroleo Brasileiro SA.

El poder de daño de la delación genera tensiones en el Congreso, que concentra su atención en distintas iniciativas para amnistiar delitos ligados a la financiación de campañas y relega a segundo lugar las tentativas del gobierno de apurar una espinosa reforma de las jubilaciones.

Con la economía sumergida en la peor recesión de la historia, Temer sostiene que su prioridad es sacar al país de la crisis y crear empleos. Pero las filtraciones de algunas delaciones de Odebrecht lo salpican directamente, junto a varios de sus principales asesores.

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