0 of 1
Seis “desconocidos” llegaron caminando por terreno pedregoso en el desierto; otros seis llegaron mojándose los pies por unas oscuras cuevas. Mientras, 12 favorecidos “famosos” iban llegando a un lujoso resort de Los Vilos, donde los esperaban cócteles y fruta fresca.
Ese fue el punto de partida de “Mundos opuestos 2”, reality de Canal 13 que mostró su primer capítulo y donde, tal como en la exitosa primera parte, la división de trato entre los participantes es el más importante motivo dramático.
Sin embargo, todo se mezcló cuando se les llevó a unas oscuras cavernas y se los dividió en dos equipos que debieron competir por el derecho a vivir en el “Paraíso”, celestial escenografía con jacuzzi, masajes y lujos.
En contraste, el equipo que perdiera la primera competencia tendría que quedarse en el “Infierno”, escenografía construida exactamente debajo de la otra -para permitir el contacto visual de ambos mundos que caracterizó a su primera parte- y que contiene, entre otras cosas, catres duros, baños asquerosos, ratas, ranas y gritos nocturnos.
Por el nivel de exigencia de los participantes, el capítulo estuvo lleno de emociones. Primero por la prueba, realizada en la zona de “Las Cáscaras” y consistente en correr, trepar por rejas y cortar cuerdas mediante fricción; segundo, por la personalidad de los participantes, que empezó a hacerse notar desde el principio.
Entre los líderes naturales se perfilaron el modelo trasandino Valentín Benet, escogido por sus compañeros como jefe del equipo “Nirvana”, y el futbolista chileno Juan Pablo Úbeda, escogido jefe de “Olimpo”. En la extensa competencia, el pobre desempeño de de la ex “Calle 7” Tamara Primus terminó con el equipo “Olimpo” yéndose al infierno y con Primus llorando y sintiéndose muy culpable.
Una vez en el Infierno, los conflictos no tardaron en hacerse efectivos. Liderados tanto por Úbeda como por Cristián Labbé, los jóvenes se la sufrieron toda en el escenario que parecía sacado de sus peores pesadillas. En el adelanto del próximo capítulo se pudo ver a Carolina Nicolich, gitana prima de Perla, llorando de desesperación por lo dura que es la vida en el Infierno.
Aunque estar en el Paraíso no era garantía de buen trato. Los primeros conflictos surgieron entre Claudia Schmidt y las jóvenes Simone Mardones y Pilar Benzanilla cuando estas últimas usaron el jacuzzi compartido y lo dejaron sucio. También empezaron los primeros coqueteos entre la ex “Mundos Opuestos Colombia”, Sofía Jaramillo y Damián Bodenhofer, hijo del actor Bastián Bodenhofer.
Y hubo espacio para el humor. Tanto de parte de los comentarios de Rubén Hilcker, el “flaite” del grupo Olimpo, como por las locuras del “gringo” Richard Rubin, ex concursante de la versión estadounidense de “La bella y el geek”, y la curiosa personalidad de Branislav Tepes, quien se presenta como descendiente de Drácula y asegura que en las noches se “desdobla”.