Un estudio realizado por la Universidad Central reveló que la mayoría de los estudiantes de tercero y cuarto medio cree que cuando trabaje no se les respetará la remuneración que merecen (76%) y serán explotados (45%).
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Sin embargo, creen también que encontrarán jefes correctos y que el trabajo no se convertirá en una obligación.
Por las características anteriores, al menos un 53% de ellos quiere emprender un negocio propio más allá de buscar trabajo, y casi un 80% desea desarrollarse laboralmente en el extranjero.
Por otro lado, el 93% de los encuestados cree en “que existan sindicatos que defiendan sus derechos”, pero a la hora de la acción, la mayoría prefiere no ser dirigente porque lo perciben como “para qué me voy a quemar si no va a resultar y me van a echar”.
Pero en los liceos municipales la actitud cambia, y según Ignacio Larraechea, economista de la Universidad, “ellos son la esperanza”.
Anáisis
Ignacio Larraechea, economista de la Universidad Central
Chile es un país donde la desigualdad es tan grande que no podemos hablar de una sola juventud sino que de “juventudes”. Los chiquillos de los liceos municipales tienen una visión más negativa del trabajo dependiente que los particulares. Los de estos últimos, viven una realidad donde sus papás o tienen una empresa o están en niveles muy elevados con un nivel de vida espectacular, mientras que los que le ha tocado vivir con menos ingresos ven la realidad.
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Por eso, son los jóvenes de los municipales los que más dicen: “yo no quiero tener un trabajo dependiente” porque no quieren vivir lo mismo que los padres.
La explotación viene del relato. El mundo laboral en Chile es muy duro, hay mucho acoso laboral, en el sentido de “si no te gusta esto, te vas”. Así el empleado está en total desventaja frente al empleador, en lo que afecta que el 90% de los trabajadores no está sindicalizado para mejorar su situación, y eso lo perciben los jóvenes.