Mientras el 55,7% de los santiaguinos encuestados por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop) de la Universidad Central, en conjunto con Publimetro, se consideran trabajólicos, una segunda lectura de la investigación sugiere que las etapas de la vida tienen mucha relación con los principales factores que definen al trabajólico: incapacidad de desconectarse o delegar y negación de las otras áreas de su vida en pos de la dimensión laboral.
Es así como entre los 18 y 25 años de edad, aún se vive la adolescencia y es un período de formación de la identidad, “y por lo mismo no es un momento en el cual el trabajo sea la principal meta”, dice la directora de la Escuela de Sicología de la Universidad Central, Angélica González.
La sicóloga social explica así que el porcentaje de personas de este rango etario que se dice trabajólico sea menor (29,5%) que los encuestados de entre 26 y 49 años (55,7%).
Los de 50 años o más serían lo más trabajólicos (65%) por cuanto “cuentan con la autonomía y vitalidad que les permite ser trabajólicos sin impactar negativamente a sus relaciones familiares u otras áreas de su vida”, agregó.
La experta no cree prudente concluir, al menos en Chile, que una persona más trabajólica o de más de 50 años sea más productiva, ya que está demostrado que en nuestro país dedicamos muchas horas al trabajo pero eso no se expresa en mayor productividad.
También, dada la cantidad de horas que nos ocupamos del trabajo, no es de extrañar que soñemos con él, lo que para González es normal.
El estudio de Cesop y Publimetro muestra que si bien poco más de la mitad se considera trabajólico, son más quienes declaran trabajar fuera de la jornada laboral (61,3%), lo que nos hace suponer que somos trabajólicos, pero más que eso es que nos vemos obligados a trabajar en exceso.
