La linda presidenta de la Fech llama la atención de las agencias internacionales

La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo, líder del movimiento que estos días reclama en la calle una enseñanza de calidad, ha llamado la atención de la prensa internacional.

La agencia española EFE, una de las más importantes a nivel mundial, le realizó una entrevista, donde la estudiante manifiesta que las profundas reformas que necesita el sistema educativo chileno no las hará el gobierno de Sebastián Piñera.

A continuación la extensa nota que le hizo EFE:

“Es muy difícil que ganemos reformas estructurales con un gobierno de derecha, pero este movimiento es la base para una reforma política de más largo aliento”.

Vallejo no se refiere sólo a los miles de estudiantes que exigen un mayor acceso a la universidad y la reforma de la financiación de la educación superior y asegura que estas demandas están en sintonía con un movimiento ciudadano que tiene una base social mucho más amplia.

Los universitarios han manifestado su “descontento” ante las medidas anunciadas por el presidente, quien propuso otorgarle más atribuciones y flexibilidad a las universidades públicas, para mejorar su gestión y competitividad.

Piñera también se comprometió a perfeccionar los mecanismos de financiación, a reprogramar la deuda de los 100.000 estudiantes morosos y a dar más becas a los mejores alumnos.

Cinco años después de la llamada “revolución pingüina”, que puso contra las cuerdas al gobierno de Michelle Bachelet, los estudiantes de enseñanza media crecieron y algunos han llegado a la universidad.

Si aquel fenómeno se apoyó en los SMS y en Messenger, hoy usan Facebook y Twitter para debatir y convocar las movilizaciones en las que reclaman una educación superior de calidad, con recursos y becas.

Al igual que sucedió con los servicios de salud y las pensiones, el régimen militar (1973-1990) abrió al sector privado la educación. Los gobiernos de la Concertación introdujeron algunas reformas, pero el modelo básicamente no ha cambiado.

“El sistema privado no contribuye en nada a mejorar la equidad, está endeudando a la gente sin saber cuál es el verdadero beneficio”, opina María Olivia Monckeberg, autora del libro “El negocio de la Universidades en Chile”.

Aunque la norma establece que las universidades son corporaciones sin fines de lucro, en la práctica obtienen beneficios tributarios, subsidios y, en ocasiones, utilidades procedentes de negocios montados gracias a subterfugios legales. De hecho, las universidades privadas son el tercer segmento comercial que más se anuncia en Chile.

Además de las tradicionales como la de Chile, la Católica o la de Concepción, en los últimos años han proliferado las universidades privadas, algunas de ellas de dudosa calidad educativa, para cuyo acceso los estudiantes disponen de escasas becas, por lo que se endeudan contrayendo préstamos que devuelven una vez que han empezado a trabajar.

“El mercado también se instaló en la educación: las matrículas se dispararon, desapareció la regulación estatal y en las universidades públicas se instauró la lógica de la autofinanciación”, afirmó  Camila  Vallejo.

“El sistema garantiza la cobertura a costa del endeudamiento de los estudiantes, de la mala calidad de la enseñanza y de la frustración de las familias más vulnerables que ven cómo el 65 por ciento de sus hijos deserta”, denuncia Vallejo.

Las medidas anunciadas el pasado día 21 por Piñera ante el Congreso, que incluyen la creación de una Subsecretaría de Educación Superior, “no atacan el problema estructural”, asegura la presidenta de la FECH, organización que ha jugado un rol político y social muy importante desde su nacimiento, en 1906.

“Queremos que se transparente el uso de los recursos públicos. Necesitamos que haya una mayor inyección de recursos del Estado hacia las universidades públicas, que hoy día reciben menos del 20 por ciento de la financiación que necesitan”.

“Los estudiantes chilenos no podemos seguir esperando”, advierte.

Los universitarios han dado un ultimátum: si no constatan avances en la negociación con el ministro de Educación, Joaquín Lavín, convocarán un paro nacional a partir de mañana, que podría convertirse en indefinido.

“Nuestro país es muy rico, existen recursos; el problema es que se distribuyen mal”, afirma  Camila  Vallejo, quien agrega que con las utilidades de la compañía Minera Escondida, por ejemplo, “podría financiarse todo el sistema de educación superior”. EFE

Tags

Lo Último


Te recomendamos