Según la profecía, el 21 de diciembre de 2012 el mundo llegará a su fin. Algunos simplemente no hacen caso de este augurio derivado de la cultura maya; otros, sin embargo, se lo toman en serio. Quizá demasiado en serio.
Como Mario Ortega Weidmaier, un empresario que actualmente se está construyendo en su parcela del Cajón del Maipo un búnker bajo tierra para enfrentar el supuesto “acabo de mundo”, compuesto de tres dormitorios, más de 100 metros cuadrados, paredes de 40 centímetros, puertas blindadas, filtros de aire, salón para pertrechos anti humedad, entre otras cosas, las que le otorgarán a este emprendedor y sus cercanos una autonomía de superviviencia de entre 60 días y un año, según registra Las últimas Noticias.
El hombre de 52 años le dijo al medio que “en muchas partes se han creado estos refugios. En EEUU, por ejemplo, sirven contra huracanes y tornados, pero los mejores del mundo son los finlandeses, de quienes nosotros tenemos la licencia de su filtro de aire”.
Ortega Weidmaier, sin embargo, no está solo ni es el único. Ya ha construido cuatro refugios en casas de La Dehesa y Huechuraba, las que por contrato no puede dar su ubicación exacta.
“Estamos viviendo un cambio climático severo, pero nadie lo puede explicar. Hay nevazones y tornados, como el de Villarrica, que la ciencia no comprende; terremotos como el reciente de EEUU, que los expertos no aclaran”, dice y remata con que “nadie ha demostrado que el próximo año pasará algo malo, pero nadie tampoco lo ha desmentido”.
