Seis calles de Santiago con historia que cambiaron su nombre

La nueva alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz, detalló hoy los ejes de su administración a un mes de haber asumido su nuevo cargo y afirmó que varias plazas y calles cambiarán de nombre para rescatar la memoria historia de Providencia, entre ellas, la Avenida 11 de Septiembre que volverá a llamarse Nueva Providencia. Acá una recopilación de algunas vías que han cambiado el original:

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La Alameda de las Delicias

Originalmente esta avenida nació como uno de los brazos del río Mapocho y tomó el nombre de Cañada con el primer bautizo español bendecido desde la Ermita de Nuestra Señora del Socorro, fundada por Pedro de Valdivia en 1543.

Sin embargo hacia 1818, Bernardo O’Higgins ordenó plantar hileras de álamos y esta avenida adquirió el nombre de “Alameda de las Delicias”.

Durante la época de la República se convirtió en una hermosa Alameda y pasó a ser la principal arteria del Santiago moderno, adquiriendo el nombre del denominado padre de la Patria.

El paseo de los Huérfanos

Esta calle era conocida con el nombre de quienes la habitaban, Juan de la Peña y Gaspar de la Barrera. En 1743 pasó a llamarse “Calle de la Moneda Real”, cuando un empresario de la época instaló allí una fábrica para acuñar monedas. Durante 22 años, la fábrica funcionó con éxito hasta que la Corona recuperó la acuñación. Dos cuadras hacia el sur fue construido el Palacio La Moneda que se quedó con las máquinas y el nombre de la calle.

Unas teorías hablan de que mediados del siglo XVIII, el Marqués de Montepío donó en esta calle una vasta propiedad para fundar el primer hospicio de pobres y crianza de niños huérfanos. 

Otras textos señalan que Juan Nicolás de Aguirre, hombre de gran fortuna conmovido por el abandono de muchos recién nacidos, mandó a construir un caserío de ladrillo donde recibía a los niños y a las madres en 1758. 

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Lo cierto es que con el tiempo, la institución se hizo popular y al terminar el siglo se hablaba de la “Calle de los Huérfanos”. 

El Camino de Chile: Avenida Independencia

Conocida como “Camino de Chile” o “Camino del Inca”, ruta abierta por los naturales con bajada de la Cordillera Central hasta Putaendo.

Su posterior nombre, “Cañada de la Chimba”, tuvo su origen en el brazo de un río que se extendía por el lugar. Después, en el siglo XVIII, un nuevo aspecto hizo que cambiara su nombre por el de “Cañadilla”, como la bautizó el pueblo.

Así pasó a convertirse en Camino Real y en paso obligado del comercio colonial que venía desde Buenos Aires y Cádiz por vía Cordillera, o que iba a Lima y a Chacras por Valparaíso.

Desde la construcción del Puente de Cal y Canto, esta calle se convirtió en senda obligatoria de quienes iban de paseo, yendo por la Cañadilla y volviendo a la ciudad por la Recoleta Franciscana.

La importancia de esta calle radica en que fue el camino de ingreso para los Incas y el camino de regreso para los soldados del Ejército Libertador después de la Batalla de Chacabuco. De ahí proviene su nombre actual, por el grito de “Independencia”, sobre el antiquísimo Camino de Chile.

Antigua Avenida de La Recoleta

La Chimba fue un barrio novelero con dos caminos reales: la Cañadilla y la Recoleta. 

La Avenida de la Recoleta comenzaba en El Salto, atravesando chacras sembradas con maíz y trigo, y orillando pequeñas huertas de hortalizas hasta llegar al río Mapocho. Su mayor ensanche se localizaba frente al cerro Blanco, donde se encontraba la Ermita dedicada a Nuestra Señora de Montserrat, rodeada de una viña de propiedad de los Padres Dominicos donde posteriormente se ubicaría el Cementerio General.

La parte del Camino Real que continuaba hasta el río, entre caseríos, molinos y quintas, se denominaba “de la Recoleta”, por la Recolección Franciscana que se estableció en las inmediaciones en 1663. Con el paso del tiempo el “de la” desapareció quedando con el nombre actual de Avenida Recoleta.

San Antonio para encontrar novio

Según el sitio oficial de la comuna de Santiago, en el siglo XVII la calle fue bautizada en honor al Licenciado Pastene, quien en 1587 expulsó tres embarcaciones inglesas que arribaron a Quillota.

No fue hasta tiempo después que la calle adquirió su nombre actual, debido al surgimiento de una tradición: la costumbre acudir por esa calle hacia la Iglesia San Francisco, a rezar para encontrar marido.

Según algunos historiadores en este callejón se protagonizaban peleas a piedradas entre santiaguinos y chimberos. Los transeúntes para cruzar la calle tenían que esperar los momentos en que se calmaba la lluvia de piedras.

Pero una figura religiosa instalada por 10 monjes franciscanos cambió el carácter bélico y también le dio nombre a esta calle. Mucha gente le encendía velas especialmente las niñas que querían encontrar un amor.

La “Bandera” gigante

Los españoles no se preocuparon mucho de señalar con nombres sus calles, y éstas los tomaban de sus vecinos más connotados, o de las iglesias y conventos que erigieron sus muros en sus vecindades. En este caso esta calle era conocida con el nombre del terrateniente español Bernardino Morales de Albornoz.

A inicios del siglo XIX, Pedro Chacón Morales instaló su tienda en la intersección de la calle de la Bandera con Huérfanos. Llegó 1818 y con él se juró la nueva bandera nacional 

Al año siguiente se quiso dar mayor realce al aniversario, pero no había suficientes banderas en la ciudad, pues las que tenía el Estado estaban prestadas al Ejército del Sur y a los Libertadores del Perú. Por esta razón, el Gobierno pidió una bandera al Gobernador de Valparaíso para poder izarla en la Plaza de Armas.

En los días siguientes, el ingenio de Pedro Chacón lo impulsó a izar en el frontis de su tienda una enorme bandera nacional, en momentos en que ni siquiera el Gobierno tenía. El nombre de la Bandera se extendió al entorno de la tienda y más tarde a toda la calle.

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