La lucha por conservar el patrimonio de Isla de Pascua

Los incendios pueden llegar a reducir 200 años de vida de un moai. Capacitaciones y campañas son parte de las medidas tomadas

En Isla de Pascua existen 25.000 puntos arquelógicos y 1.047 moais al aire libre. Dos tercios de la isla constituyen un parque protegido, lo que lo convierte en un verdadero museo a la intemperie, pero esto expone su milenario patrimonio a constantes riesgos. Uno de ellos es la erosión. “El intemperismo del 100% de los moais los expone diariamente a los embates de la lluvia y el viento,  principales factores que erosionan y desgastan su superficie”, explicó Susana Nahoe, arqueóloga de la Unidad Técnica Arqueológica de Conaf Isla de Pascua.

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Para combatir esta situación  comenzaron con un programa que capacitó por cuatro años a un grupo local en la extracción de líquenes y otros aspectos que permiten reducir el daño por erosión de las estatuas de un 95% a un 0,5%, según la arqueóloga. El 17 de diciembre se terminó la primera restauración al moai del Ahu Ature Huki de la playa Anakena.

Peligro de incendios

Sólo este año ha habido 24 incendios dentro del parque nacional provocados por el hombre. “Uno de los más importantes de este año afectó a Ranu Kau (una de las áreas turisticas más importantes de la isla que está dentro del área parque), que surgió como casi todos en los pastizales que no son originarios de la isla y que han llegado con la migración de los pájaros o con los mismos marinos”, puntualizó Michel Pate Hormazábal, jefe de Operaciones de Conaf Isla de Pascua. Nahoe explicó también que estas plantas se convierten en la cobertura de estructuras arqueológicas y que el fuego “genera altas temperaturas sobre los moais, lo que rompe sus enlaces atómicos, acelerando la desintegración de la roca”. Es así como un moai que podría resistir 500 años puede ver reducida su vida a 300 por un incendio.

Para combatir esto se inició una campaña que busca crear conciencia en los colegios y en la comunidad en general. Además,  el 2008 comenzó el análisis de la propagación de estas plantas, lo que permite contar con un programa de manejo de plantas invasoras y el resguardo de las plantas endémicas distribuidas al interior del parque.

Por último, otra de las amenazas para la isla son los animales asilvestrados, los que fueron introducidos a mediados del siglo XIX y desde entonces se instauró una cultura de pastoreo que deja que circulen sin restricción,  subiendo a las plataformas de los moais o a otros puntos arquelógicos.

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