Comienza con una herida similar a la de una quemadura de cigarro, luego se va convirtiendo en un verdadero agujero en la piel. Las llagas van aumentando y en un par de semanas la piel comienza a ponerse verdosa, al igual que la de un verdadero reptil. Las infecciones van consumiendo las extremidades hasta incluso causar la muerte y desintegración de los tejidos y llegar a los huesos. Por todo esto la llaman la droga “zombi” o “krokodil”, sustancia elaborada en base a la desmorfina que entre dos a tres años causa la muerte del adicto.
PUBLICIDAD