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La Escuadrilla de Alta Acrobacia volvió al ruedo después de más de un año de receso obligado producto del fallecimiento de dos de sus pilotos. “Este es el trabajo más entretenido del mundo”, opinan al interior del team.
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“No es facil, primero por la amistad que hay con la gente que dejó de compartir el día a día contigo, pero también eso es un súper buen impulso para seguir con más ganas y tratar de sacar esto adelante. Hay una tradición de más de 32 años de la escuadrilla, en ese tiempo siempre han habido problemas y siempre se ha podido salir adelante… No fue fácil, la escuadrilla tuvo que parar para analizar los motivos y las causas de los accidentes y luego de esto idear cómo volver a surgir… Nos costó ocho o nueve meses poder reestructurarnos”.
Son las sentidas palabras del teniente Francisco González, uno de los seis pilotos que en la actualidad conforman la Escuadrilla de Alta Acrobacia “Halcones” de la Fuerza Aérea de Chile, team que el 12 de octubre recién pasado tuvo su primera presentación oficial luego del accidente que terminó con la vida del teniente Eduardo Varas (marzo de 2013), lo que sumado al accidente del también fallecido teniente Cristián Padilla (noviembre de 2011) los obligó a tomar un receso para poder reestructurarse.
Y el trabajo no fue poco, pues aparte de lidiar con un luto que de seguro los acompañará por el resto de sus vidas, tuvieron que instruir a los nuevos integrantes.
¿Qué requisitos debieron cumplir ellos? Todos son pilotos de la Fuerza Aérea con más de 600 horas de vuelo que se presentan de manera voluntaria a la escuadrilla. Allí deben pasar un largo proceso de entrenamiento y adaptación en los aviones Extra 300L, diseñados exclusivamente para acrobacias.
No es lo único, pues pertenecer a los “Halcones” además implica una serie de requisitos, que van desde mantenerse en el peso adecuado según su índice de masa corporal hasta alimentarse e hidratarse bien. De hecho, cuentan, todos los días toman desayuno juntos para asegurarse de que todos están bien alimentados, lo que impedirá fatigas u otro tipo de problemas durante sus coreografías aéreas, las que planifican y estudian primero en papeles.
Lo realizado aquel domingo 12 de octubre en el aeródromo Panguilemo en Talca marcó, según los propios pilotos, el renacer de una escuadrilla que ha dejado en lo alto el nombre de Chile en distintas partes del mundo. De hecho el lugar para este renacer no fue al azar, pues el primer vuelo de los “Halcones” hace más de tres décadas fue precisamente en ese mismo lugar.
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“La sensación de satisfacción por lo que se obtuvo es muy grande y eso da muchas ganas para seguir. Es un renacer para la escuadrilla desde ese momento, porque perder dos personas de forma tan seguida y violenta, seguro es lo más fuerte que le ha tocado a los ‘Halcones’”, agrega González.
El riesgo y el cariño de la gente
Más de alguna vez usted se habrá preguntado en qué consiste la labor de los “Halcones” de la FACH. Cristián Bolton, comandante de la escuadrilla, responde.
“La escuadrilla nace el año 81 con el propósito de ser un vehículo de muestra de la imagen institucional dentro de nuestro país e imagen país en el extranjero, de manera de contribuir a la conciencia aérea nacional. Por ejemplo, cuando nosotros nos presentamos en algún lugar apoyamos a un club aéreo. Las ganancias que ellos tengan las utilizan en reparar motores o cosas así. Y por otro lado mostramos a través de un show entretenido quién es la Fuerza Aérea. ¿Y quién es? Nosotros. Personas naturales, igual que todos los chilenos, que les gusta su país, la tierra y que tratamos de representar nuestros conceptos que son el honor, la lealtad y el trabajo en equipo”, explica Bolton, el mismo que de forma particular representa a Chile en la Red Bull Air Race, la competencia de aviones de acrobacia más importante del mundo.
Y esa imagen la han manejado a la perfección, o quizá se ha dado sola, pues son miles los fanáticos que siguen a los “Halcones” a lo largo del país.
“Después del accidente (de Varas), fue increíble la cantidad de gente que envió cartas de apoyo y nos instó a seguir adelante. En ese momento que lo estábamos pasando mal fue muy gratificante. Lo mismo ocurre después de cada presentación o los viernes, que generalmente son los días de visita en nuestra base”, agrega Bolton
La pregunta, después de todos estos detalles, es obvia: ¿Cómo lidian a diario con el riesgo? “No hablamos de riesgo porque creemos que nuestro vuelo es muy seguro. Este es el trabajo más entretenido que hay en el mundo, somos afortunados en ese sentido, y nuestra responsabilidad con el equipo hace que sea segura. Si cada uno hace lo que tiene que hacer, no va a pasar nada. Nosotros hablamos siempre de éxito. Siempre la meta es mejorar lo que nuestros antecesores han hecho. Es rico pertenecer a un grupo tan reconocido a nivel nacional y mundial. Ese es nuestro mayor desafío”, cierra Bolton.
Después de leer esta nota, prepárese, porque en cualquier momento que esté mirando al cielo se puede topar con una coreografía aérea de alto impacto, que se ha cansado de dejar el nombre de Chile en lo más alto. Es verdad: el “Humo humo ahora” volvió para quedarse…