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En el marco del Seminario Internacional ¿Descentralización o Recentralización?, organizado por el Instituto Chileno de Estudios Municipales de la Universidad Autónoma, se dieron cita en nuestro país importantes especialistas en el ámbito de la descentralización y el desarrollo regional, donde Chile es uno de los países que tiene mayores desafíos de Sudamérica en este ámbito.
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Para que Chile se desarrolle más equitativa y competitivamente, tiene que avanzar en descentralización, lo que ha sido una de las grandes promesas de campaña de Michelle Bachelet. “Chile debe permitir que haya gobiernos electos en las regiones y no designados y que haya un sistema de financiamiento que les permita a las regiones el enfrentar por sí mismas su desarrollo económico”, señala Iván Finot, académico e investigador boliviano, experto en procesos de descentralización en la CEPAL entre 1994 y 2007.
Finot plantea la idea de que “Chile está muy atrás, debe ser de los (países) más centralizados de América Latina. En cada país la descentralización se da por sus condiciones históricas y culturales. Para que Chile logre ser más competitivo, debe descentralizar su desarrollo económico”, de tal manera que cada región pueda enfrentar de manera autónoma la explotación de las actividades económicas que sean más favorables, respecto de las condiciones locales.
Para el secretario general del Instituto Chileno de Estudios Municipales, Camilo Vial, “Chile es uno de los países más centralizados de la OCDE y el más centralizado de Sudamérica. Así lo indican todos los indicadores fiscales, políticos y administrativos”, agregando que “América Latina lleva ya tres décadas de impulsar reformas de este tipo”, pero Chile es el más retrasado.
En este momento Chile tiene una propuesta de descentralización, a cargo de la Comisión Asesora Presidencial para la Descentralización y el Desarrollo Regional, que creó la Presidenta Michelle Bachelet en abril pasado y que evalúa las condiciones, desafíos y propuestas para enfrentar el desafío de la descentralización de manera eficiente. Para Iván Finot, “la propuesta es tímida y podría ser mucho más ambiciosa”, a pesar de que considera que hay buenas ideas, pero lo esencial es “la autonomía política”, que se logra con la elección democrática de los intendentes o gobernadores regionales, lo que se denomina como la “descentralización política”.
Consultado por Publimetro, Camilo Vial una reflexión donde comenta que “la descentralización es un proceso de constante tensión y no es un fin en sí mismo, es un mecanismo para un objetivo final mayor, que es el desarrollo social, económico y cultural del país de manera transversal. Es el camino para lograr la “cohesión territorial”.
4 ejes para una eficiente política de descentralización
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Vial hace un diagnóstico de los ejes estructurales que debería tener la política de descentralización del país, apuntando hacia cuatro puntos fundamentales. Lo primero, es que tengamos “una elección democrática del gobierno regional que deba responder a los electores”, ya que hoy los intendentes deben responder a la Presidenta, que es quien los designa, por lo que “sus principales esfuerzos no están volcados en los temas de administración de la región, que tienen que ver con el desarrollo económico, social y cultural de la región.
En segundo lugar, es que se le “transfieran más competencias a los gobiernos regionales”, y con competencias, Vial se refiere a las “atribuciones y facultades” de las autoridades, de tal manera que “que las cosas que se puedan resolver localmente estén a cargo de los municipios, las que demanden decisiones regionales que estén a cargo de los intendentes, como un sistema de transporte interurbano, por ejemplo, y los temas nacionales que los vea el gobierno central”.
Como tercer elemento importante para lograr un proceso descentralizador eficaz, Vial plantea la idea de “otorgarle más capacidades a los gobiernos regionales, lo que se resuelve capacitando y ampliando la dotación, ya que muchas veces el problemas no es la calidad, sino la cantidad, por lo que es importante incentivar los trabajos técnicos y profesionales en los gobiernos regionales”.
El último punto tiene relación con la capacidad presupuestaria y la transferencia de más recursos a las regiones. En cifras, “al rededor del 86% del gasto público que realiza Chile, lo ejecuta el gobierno central. Cerca de un 11% lo gastan las municipalidades y sólo un 3% le gastan los gobiernos regionales”, y estas cifras corresponden a la ejecución del presupuesto 2015, a lo que agrega que “este dinero no es que se gaste en Santiago, pero lo ejecuta el gobierno central”.
El académico trasandino y director del Instituto de Investigación Urbana y Territorial de la Unión Iberoamericana de Municipalistas, Daniel Cravacuore, destaca que “el primer paso es lograr la descentralización política, porque eso rompe la concentración del poder central, pero para poder enfrentar un proceso de descentralización profundo, la descentralización fiscal debería ir inmediatamente después, porque sino no se sustenta este proceso que conduzca hacia un desarrollo social, económico y cultural”.