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No se sabe quien fue, pero se sabe que es un animal. Porque la persona que maltrató a Olito, un perro de Alto Hospicio, intentó matarlo, primero, a postonazos y, luego, poniéndole un alambre en el cuello que solo se puede retirar con una operación.
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Así al menos lo informa a Publimetro Bárbara Lecaros, quien lo fue a buscar durante la noche del miércoles en la pampa de Alto Hospicio. “Estaba tirado, al lado de una disco, un motel y un café. Ahí además trabaja mucha gente y nadie, pero nadie lo ayudaba”, cuenta la heroína que lo llevó inmediatamente a un veterinario donde le retiraron 150 garrapatas.
Junto a su amiga Javiera Saravia Stein, quien tiene un refugio canino de caridad, habían visto sus fotos en internet horas antes y no pudieron aguantar las ganas de ayudarlo. Sin embargo, cuando ya estaban en el médico de perritos notaron algo más extraño. “Tenía señales de postonazos en la columna, que fue lo que lo dejó sin caminar. Imagínate, que eso pudo haberse provocado por la estúpida Ley de Caza“, dice Lecaros.
Cabe señalar que la polémica Ley de Caza de perros salvajes, suspendida el 10 de febrero, era una medida que fue respaldada por el Ministerio de Agricultura y que permitía la caza de “perros salvajes o bravíos, que se encuentren en jaurías, fuera de las zonas o áreas urbanas y de extensión urbana”. Olito no cumplía con ese requisito y aún así, todo indica que fue baleado.
Necesitan colaboración y alguien que lo adopte
A pesar que tiene pocas posibilidades de vida, tanto Saravia como Lecaros quieren darle una posibilidad a Olito de seguir en este mundo. “El perro necesita una segunda sesión para sacarle los parásitos, porque tenía muchos. Tenía tantos que ya tiene una enfermedad que se llama hemoparasitosis”, cuenta.
Pero eso no es todo. A causa de los postonazos, no tiene ni sensibilidad ni movilidad en las patas traseras. “El carro de menor calidad para que pueda movilizarse cuesta $46 mil y el óptimo, hecho en placa de 3 D, sobre los $140 mil”, dice Lecaros. Eso, sin contar los gastos de la clínica.
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“Lo que me molesta, primero, es saber cómo hay gente -y no sé si se le puede llamar así- que maltrate a un perrito de esa manera. Y segundo, que en el lugar donde estaba trabajan muchas personas… ¿Cómo nadie la ayudó antes?”, reflexiona furiosa.
“Sinceramente, en Chile no tenemos ayuda. Aquí hay gente del extranjero que, por las redes sociales, se han enterado de casos y nos preguntan si tenemos ayuda del Gobierno. Les decimos que no y quedan impactados”, dice la salvadora de Olito, quien además ha llevado a otros animales al refugio canino.
“En esta oportunidad, además de dinero, necesitamos que alguien se haga cargo de este perrito. Porque si nadie aparece, voy a tener que dormirlo”, afirma con pena, usando una metáfora de la inyección letal.
¿Cómo poder ayudar a Olito?
Quienes busquen colaborar con este caso, pueden llamar a Bárbara Lecaros al 77679754 o bien contactarla en su perfil de Facebook. También se puede ubicar a Javiera Saravia por ese mismo medio.