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Cómo transformaron emblemático sector de Santiago en una huerta
“Las pasarelas en las Torres de San Borja eran un espacio muerto que atraía mucha delincuencia y terminaban siendo finalmente unos grandes basureros elevados”, dicen los autores del proyecto.
PorNathaly Lepe
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Tras un año de trabajo, los alumnos de arquitectura de la U. de Chile y los habitantes del sector ya han cosechado algunos alimentos de la huerta instalada en el proyecto. Foto: Pasarelas Verdes. Imagen Por:
Tras un año de trabajo, los alumnos de arquitectura de la U. de Chile y los habitantes del sector ya han cosechado algunos alimentos de la huerta instalada en el proyecto. Foto: Pasarelas Verdes. Imagen Por:
Tras un año de trabajo, los alumnos de arquitectura de la U. de Chile y los habitantes del sector ya han cosechado algunos alimentos de la huerta instalada en el proyecto. Foto: Pasarelas Verdes. Imagen Por:
Tras un año de trabajo, los alumnos de arquitectura de la U. de Chile y los habitantes del sector ya han cosechado algunos alimentos de la huerta instalada en el proyecto. Foto: Pasarelas Verdes. Imagen Por:
Tras un año de trabajo, los alumnos de arquitectura de la U. de Chile y los habitantes del sector ya han cosechado algunos alimentos de la huerta instalada en el proyecto. Foto: Pasarelas Verdes. Imagen Por:
Tras un año de trabajo, los alumnos de arquitectura de la U. de Chile y los habitantes del sector ya han cosechado algunos alimentos de la huerta instalada en el proyecto. Foto: Pasarelas Verdes. Imagen Por:
Desde el 2013 un grupo de estudiantes de Arquitectura de la Universidad de Chile, está trabajando para recuperar la Plaza Pedregal y las pasarelas que unen las torres de la Remodelación San Borja, en el centro de Santiago.
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El proyecto Pasarelas Verdes está por cumplir en junio su primer año y los vecinos y los estudiantes siguen trabajando por recuperar un sector que estuvo marcado por la delincuencia.
“Las pasarelas en las Torres de San Borja eran un espacio muerto que atraía mucha delincuencia y terminaban siendo finalmente unos grandes basureros elevados”, afirma Diego Figueroa, uno de los estudiantes involucrados en el proyecto.
El financiamiento para partir con el proyecto se obtuvo gracias al Premio Azul a la creatividad estudiantil de la Universidad de Chile. El concurso entrega un máximo $1.500.000 para financiar proyectos.
Los vecinos son pieza importante de la iniciativa. Se realizan jornadas de limpieza, son ellos los encargados de mantener la huerta que se creó en el lugar, donde hay plantados tomates y porotos.