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En una arista inédita para la Justicia Chilena, este lunes se inició el primer juicio sobre trata de personas y tráfico de migrantes en Chile. El acusado de todo esto era, originalmente, Francisco Javier Errázuriz, conocido en el ambiente político con el apodo de “Fra Fra“.
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Empresario y dueño de unos predios en la provincia de Cardenal Caro, en Rancagua, en la Región de O’higgins fue acusado en 2011 de trasladar a sus terrenos a ciudadanos paraguayos proveniente de la Ciudad del Este, Caaguazú y Ciudad Franco hasta sus dependencias otorgándole bajísimas condiciones de vida.
La acusación la hicieron los mismos trabajadores, quienes durante esos años denunciaron haber sido explotados laboralmente por el empresario. Estos recursos permitieron a la Fiscalía Regional, encabezada por Luis Toledo, a iniciar un proceso legislativo que comenzó este lunes en los tribunales de Rancagua. No obstante, tras varios informes médicos presentados por la defensa de Errázuriz no permitieron la diligencia de la formalización.
¿Pero quién es Fra Fra?
Francisco Javier Errázuriz es agrónomo de la Pontificia Universidad Católica y comenzó a hacerse conocido en el mundo de los negocios en 1980 cuando compró el Banco Comercial de Curicó. Tras esto, en 1982 se hizo el dueño de Unimarc. Y siete años después decidió inscribir su candidatura presidencial, para ocupar el mismo puesto que su tatarabuelo: el presidente Federico Errázuriz Zañartu. Ahí fue cuándo se hizo conocido indicando que él había empezado su fortuna criando pollitos, luego “ese pollito se convirtió en gallina y tuvo más pollitos”. Y así fue criando ese tipo de aves hasta convertirse en uno de los empresarios más exitosos de la década.
Y apesar de las ganas y empeño que puso en su campaña, el pueblo quiso otra cosa y su candidatura quedó en tercer lugar tras Hernán Büchi y Patricio Aylwin.
Su carrera política no quedó ahí. En 1994 consiguió un escaño en el Senado, sin embargo no completó su período, que duraba hasta 2002, pues en 1998 fue investigado por los Tribunales por un caso de secuestro y todo terminó en 2001 con una condena de 61 días de presidio remitido.
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Ya en 2011 volvió a la palestra cuando fue acusado de trata de personas por un grupo de paraguayos que llevaron el caso hasta un canal de televisión nacional. Este emitió un reportaje mostrando al empresario ofreciéndoles condiciones mínimas de vida a trabajadores que había traído del extranjero. Tras ello, sufrió un derrame cerebral y sus familiares acusaron de ello a la entonces ministra del Trabajo, Evelyn Matthei.
En 2014 fue condenado a una indemnización por $122 millones que debió pagar a 54 empleados suyos, todos de origen paraguayos. No obstante, la Fiscalía decidió continuar con las acusaciones e inició un nuevo litigio. No obstante, como el empresario cuenta con documentos médicos que evitaron que fuera sobreseído temporalmente.