La RM tiene un importante déficit de áreas verdes

Uno de los factores que influye en la mejora de la calidad de vida de las personas es el acceso a parques y espacios públicos de recreación.

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El último estudio formulado por la Cámara Chilena de la Construcción que mide el Índice de Calidad de Vida Urbana 2015 confirmó una alarmante realidad de desigualdad que se vive en la Región Metropolitana: las cinco mejores comunas para vivir del país están en Santiago, pero también las cinco peores.

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Dentro de los factores que se incluían en la medición se encuentra el Medio Ambiente, punto donde está una de las grandes falencias de la Región Metropolitana.

El Gran Santiago concentra 6 de las 10 comunas con mejor ICVU y en contraposición se encuentran también 9 de las 10 comunas con el peor indicador.

El ICVU señala que las comunas de Las Condes, Vitacura, Providencia, Lo Barnechea, La Reina, son las cinco que tienen más alto índice de calidad de vida del país, poniendo en la vereda opuesta a las comunas de San Ramón, La Pintana, Pedro Aguirre Cerda, La Granja y Conchalí,  que presentan los índices más bajos de calidad de vida para vivir.

Uno de los ítems importantes en la mejora de la calidad de vida es el acceso a áreas verdes, donde se encuentra una de las grandes iniquidades en nuestra capital. Este año, Maipú incorporará más de 18.000 metros cuadrados de áreas verdes a la comuna a través de dos proyectos: el ”Parque Pajaritos” que se situará en el acceso oriente a la comuna por la avenida del mismo nombre y que sumará más de 10 mil metros cuadrados de áreas verdes. A este proyecto se le suma un parque que se construye por avenida Santa Elena entre las intersecciones con las calles Longitudinal y Los Pajaritos y que contempla cerca de 8 mil metros cuadrados de áreas verdes.

Sin embargo, el último estudio en la materia corresponde a la Universidad Adolfo Ibáñez publicado el año pasado y que analizó la evolución de las áreas verdes en la Región Metropolitana en una década, desde 2002 hasta 2012.

Este estudio indica que en este periodo de tiempo el Gran Santiago aumentó en un 20% sus índices de metros cuadrados de áreas verdes por habitante, aunque aún se encuentra en la mitad de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La OMS propone 9 metros cuadrados de áreas verdes per capita, pero en Santiago sólo llegamos a un promedio de 4,5 metros cuadrados. Los extremos los marcan Vitacura con 9,02 metros cuadrados por habitante, versus Padre Hurtado que presenta un pobre índice de 1,15 metros cuadrados por habitante.     

Al respecto, el arquitecto y urbanista asesor del Consejo de Políticas para Infraestructura y decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo, Pablo Allard, señala que “efectivamente el área metropolitana de Santiago tiene un importante déficit de áreas verdes que se ve agravado en comunas periféricas de escasos recursos”.

Y esto se ve reflejado en los índices de áreas verdes que presentan las cinco peores comunas presentadas por el ICVU y la cantidad de metros cuadrados de áreas verdes por habitante. En el caso de San Ramón, la comuna presenta 3,35 metros cuadrados, seguida por La Pintana que alcanza 3,39 metros cuadrados. Luego Pedro Aguirre Cerda supera el promedio de Santiago y logra 5,51 metros cuadrados, mientras que La Granja llega a los 3,88 metros cuadrados y Conchalí se sitúa con 5,82 metros cuadrados.

Respecto de las mejores comunas según el ICVU, las que destacan en áreas verdes por habitante son Vitacura que alcanza 9,02 metros cuadrados y Lo Barnechea con 8,86 metros cuadrados.
Allard reconoce que claramente hay un problema en que la “necesidad de áreas verdes y de equipamiento y espacio público se va alejando de la oferta de espacio público que se concentra en comunas consolidadas” que se ubican en la zona oriente de la capital.

En el criterio del experto esta deuda se acentúa durante el periodo de transición post dictadura, ya que en las décadas de los noventa y dos mil, la construcción de viviendas sociales en las zonas periféricas de la Región Metropolitana no fue equiparada con la construcción de áreas verdes o espacios públicos de recreación para estos sectores vulnerables de la población, que ante la necesidad de vivienda no reparaban en las condiciones del barrio. “Lo que fue generando un acumulación de casas sin el respectivo espacio público social y recreativo, lo que se sumó a otra mala decisión, ya que en el Gobierno de (Patricio) Aylwin se comenzó con una política de construcción de parques públicos que apuntaban a reducir ese déficit, sin embargo por vocalizar la política en la vivienda, este programa se suspendió en el Gobierno de Frei”.

Para disminuir esta brecha, Allard señala que es necesario que “el Estado se haga cargo de esta deuda de calidad urbana que se tiene con las comunidades más postergadas. Para ello, el programa de la Presidenta Bachelet propone la creación de parques urbanos para todas las comunas de Chile”. Además de esto, los Gobiernos Regionales tienen un importante rol que cumplir y la “Intendencia Metropolitana está con un plan importante de inversión en este tipo de infraestructura”.

Desde Fundación Mi Parque, su director Ignacio Lira, señala que “se deben tomar medidas urgentes para conservar las áreas verdes que quedan al borde y al interior de Santiago. También hay que incentivar la cultura de las personas por la naturaleza, para que vayan al parque y lo cuiden”,
Ignacio Lira concluye que “es muy compatible la urbanización con las áreas verdes. Hay que ser creativo, innovador y compatibilizar el desarrollo de nuevas viviendas con la naturaleza”.
 

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