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Chile se está convirtiendo en un país líder en la región en el uso de la bicicleta como un medio de transporte aficiente y amigable con el medioambiente, en un contexto de congestión vial y contaminación ambiental que se ha vuelto un verdadero dolor de cabeza para las autoridades.
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Es cierto, falta infraestructura, también falta conectar la existente para generar circuitos interurbanos y disminuir así los índices de inseguridad vial. Pero también hay que reconocer las cosas buenas que se hacen. Es por esto que diversas organizaciones ciudadanas celebran la medida publicada el pasado 5 de junio en Diario Oficial y que modifica la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, aumentando la exigencia de estacionamientos para bicicletas en las nuevas construcciones, tanto públicas como privadas, y en las que actualmente están construidas.
Con la nueva norma, todas las construcciones tendrán que contar con un estacionamiento para bicicletas por cada dos que tengan para automóviles.
La medida del Ministerio de Vivienda y Urbanismo busca dar solución a un problema clave, que es el permanente riesgo de robo a que están expuestos estos vehículos.
Para Víctor Hugo Romo, representante de la Asociación de Defensa del Consumidor Bicicultura ADC, la medida potencia además la capacidad de la bicicleta de ser un “transporte puerta a puerta”, ventaja que la hace insuperable en ciudades congestionadas, al eliminar los tiempos invertidos en caminar hasta la parada o desde el estacionamiento, las combinaciones, tacos y esperas.
Para Amarilis Horta, directora del Centro Bicicultura, esta medida es toamda como un logro ciudadano, en reconocimiento al trabajo que viene desarrollando comprometidamente la sociedad civil organizada.
“Con este tipo de medidas, el Gobierno, particularmente el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, contribuye de manera muy concreta a fomentar el uso de la bicicleta: por una parte haciendo posible que las personas elijan irse en bicicleta con la certeza de encontrar estacionamiento seguro y gratuito en su lugar de destino, y por otra normando y elevando los estándares de construcción de ciclovías”, señala la directora de Bicicultura.
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La norma deberá ser exigida a las inmobiliarias, sin embargo, es importante destacar también a aquellos actores privados que voluntariamente están contribuyendo al fomento del uso de la bicicleta. En ese sentido, Ralei Grupo Inmobiliario ha sido pinoero en la inclusión de la bicicleta como un factor real de valor agregado en sus edificios residenciales, ya que ha integrado como pilar fundamental el fomento del uso de la bicicleta dentro del concepto Efficient que poseen sus proyectos inmobiliarios de edificios de departamentos, ubicados en comunas como Independencia, Ñuñoa, Providencia, Las Condes y Santiago Centro.
Esto lo realiza incluyendo amplios bicicleteros en su equipamiento, además de la implementación de un stock de bicicletas de libre uso para sus residentes, de manera de contribuir al uso de energías limpias, la vida sana y el deporte. “Fomentar la vida sana, el cuidado del medio ambiente y el desarrollo armónico de la ciudad es parte de nuestro compromiso social como empresa. Debido a la creciente demanda por el uso de la bicicleta como medio de transporte urbano, decidimos responder a esa demanda en nuestros proyectos con la certeza de que su uso, además de ser un medio de transporte eficiente, es un dispositivo que permite humanizar la visión del mundo respecto al cuidado del entorno en que vivimos”, explica Andrés Ergas, gerente comercial de Ralei Grupo Inmobiliario.
Como pioneros de esta tendencia en el sector inmobiliario, el objetivo de Ralei Grupo Inmobiliario “es incentivar el uso de este medio de transporte entre los residentes de todos nuestros proyectos inmobiliarios, ya que muchas veces las personas no utilizan la bicicleta por no contar con un lugar seguro donde dejarlas, o quedan olvidadas en las bodegas de los edificios”, explica Ergas.