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Cualquier lugar era bueno para ver el partido entre Chile y Argentina, válido por la gran final de la Copa América que organizó nuestro país.
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Uno de ellos, fue la tradicional pantalla que se ubica en pleno Paseo Ahumada, aunque las caras de decepción de los fanáticos que llegaron a este tradicional punto de la capital lo decía todo.
Pintura, banderas, gorros y cualquier otro objeto con los colores nacionales servía para alentar, aunque la tecnología esta vez dijo otra cosa.
