Estos son los nombres originales de las calles más antiguas de Santiago

Caminar por Santiago se ha transformado en un acto mecánico y casi nadie se dedica a mirar los nombres de las calles, ni menos se preguntan por qué llevan los nombres con los que fueron bautizadas.

Si bien gran parte de calles no llevan sus nombres originales, si recibieron por lo menos hace un centenar de años, la actual designación.

Durante el siglo XVI a los españoles no les importó bautizar las calles y más bien iban tomando los nombres de sus vecinos más connotados. Así, la principal avenida de la ciudad, la que lleva hoy de Bernardo O’Higgins  por muchos años llevó la de Las Delicias, fue La Cañada por excelencia, primero de San Francisco y después de San Lázaro.

Otros ejemplos del casi desconocido origen de los nombres de las calles más antiguas de la capital son Catedral, que era conocida como la de Bartolomé Flores; Agustinas, de Pedro Martín; la de Santo Domingo, calle de Santiago de Azoca; la de Monjitas, calle de Pedro Gómez; la de la Moneda, de Francisco de Riberos; la de Mosqueto, calle de Alonso del Castillo; la de San Antonio, calle del Licenciado Pastene; la de Ahumada, calle de Lázaro de Aránguiz; la del Estado, calle del Alguacil Mayor; la de Brasil, Cañada de Diego de Cáceres, y la de Bandera, calle de Bernardino Morales de Albornoz.

Otros ejemplos son la calle Estado, que era conocida como la calle del Rey; o Ahumada deriva su nombre de uno de sus vecinos más connotados, don José Valeriano Ahumada, que fue el tercer rector de la Universidad Colonial de San Felipe.

La calle de Huérfanos fue durante muchas décadas la calle de la Moneda Vieja, pues en ella se levantaba, en el edificio que ocupó la Caja Hipotecaria, la Casa de Moneda

Esta calle se hallaba cortada, y en la parte que se extendía desde la calle de Ahumada hacia el oriente se denominaba calle del Chirimoyo.

La calle Puente, que salía de la Plaza de Armas en dirección al río, tomó su nombre del famoso puente de ladrillos que se construyó sobre el Mapocho a mediados del siglo XVIII

La que corre paralela a ella es una de las que ha experimentado mayores cambios de nombres: hoy se llama 21 de Mayo, y desde el siglo XVIII en adelante fue designada con los siguientes nombres: de las Ramadas, de la Nevería y de la Caridad.

Las calle de la Catedral, Santo Domingo, de las monjas Rosas y de San Pablo han conservado sus nombres tradicionales desde antiguo, no así las que se extienden hacia el oriente, que no han dejado de experimentar las mutaciones de los tiempos.

Mac-Iver, era la calle de Las Claras, Miraflores, era la Nueva de la Merced. La calle que rodeaba el Santa Lucía por su lado poniente era la calle de Bretón.

En el caso de Amunátegui, era conocida como la calle del Peumo;  San Martín era la calle de la Ceniza; Manuel Rodríguez era la calle de los Baratillos; Riquelme, la del Sauce, y Almirante Barroso, la del Colegio Agustino.

Más al poniente en el viejo barrio de la Chimba se encontraban la Alameda de la Cañadilla, hoy Independencia, y la Alameda de las Recoletas.

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