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La creciente tendencia hacia el uso de la bicicleta en nuestro país es una realidad que nadie puede desconocer. Con este incremento vienen también las demandas de los diversos colectivos ciudadanos que abogan por más y mejor infraestructura, recuperación y democratización de los espacios públicos para los diversos actores viales, lo que implica mejores políticas públicas.
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Pero esas no son todas las preocupaciones de los usuarios de bicicletas, ya que otro gran problema que afecta a nuestro país es la delincuencia, flagelo del cual los ciclistas tampoco se salvan. Esto porque con el incremento en el uso también se han incrementado las cifras de robos de este medio de transporte.
De hecho, fue esto lo que motivó a un grupo de tres jóvenes estudiantes de ingeniería civil de la Universidad Adolfo Ibáñez a desarrollar un proyecto para la construcción de una bicicleta que no pudiera ser robada.
Andrés Roi, Juan José Monsalve y Cristóbal Cabello son los emprendedores que buscaban financiar su idea a través de la modalidad de recaudación de fondos Kickstarter, que es un sitio web que recibe financiamiento en masa para la elaboración de productos innovadores de las más diversas áreas. La idea es que personas de distintas partes del planeta patrocinen con un monto determinado un proyecto del cual después quieran recibir participación.
Cristóbal nos cuenta que la idea nace desde su pasión por la bicicleta, pero además porque Andrés, uno de los fundadores, sufrió el robo de dos bicicletas en un muy corto periodo de tiempo. La idea fue “un proceso bien interesante, porque la idea al principio era crear un candado que no pudiera ser robado. Ahí vino el cambio de paradigma, cuando pensamos ¿por qué no hacemos que la bicicletas sea el candado?, ya que si alguien quiere robarla tendría que romper la bicicleta y nadie quiere robar una bicicleta rota”.
Tras varios meses de trabajo de ingeniería, lograron hacer esta estructura desmontable con el marco de la bicicleta, complementándolo con el tubo del sillín para completar el candado. La fabricación de la bicicleta se encargó a una empresa china con productos de origen taiwanés, líderes en productos de este tipo. Serán 300 las primeras en fabricarse y se distribuirían a distintas partes del planeta. De éstas, llegarán 100 a Chile para ser comercializadas en el mes de octubre y noviembre, en primera instancia con un proceso de preventa y luego se pondrán a la venta en el retail. Para conocer todos los detalles pueden visitar YerkaBikes.com.
El tema del robo de este medio de transporte preocupa a los movimientos ciudadanos de ciclistas. El vocero del movimiento Furiosos Ciclistas, César Garrido, señala que “el crecimiento en el uso de la bicicleta ha venido de la mano con el aumento de los robos, pero eso es porque hay muchos usuarios nuevos que son descuidados, porque los que llevamos más años es como raro que nos roben la bicicleta.
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A juicio del vocero de los Furiosos Ciclistas, hay dos tipos de ladrones de bicicletas: el que lo hace porque se le da la casi´-on y el que roba a pedido, que realiza seguimientos y hace un trabajo más complejo.
Garrido aconseja que, si no va a tener una Yerka, invierta en un candado certificado con la norma europea, cuyo costo sea proporcional al costo de la bicicleta. Además, señala que “por lo menos en Chile aún no llega la tecnología que están utilizando en Europa o Estados Unidos, que cortan los candados Kryptonite, los mejores del mercado del tipo u-lock, con hidrógeno”. Otro consejo es estacionarla siempre en lugares visibles y no en los lugares generalmente establecidos, ya que la mayoría de las veces estos estacionamientos están en lugares muy escondidos y sin vigilancia.