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La escena es la siguiente: Claudio Bravo, el portero de la selección chilena toma la pelota. La patea con fuerza porque conoce al oponente que tiene al frente: España. Buscaba a Alexis Sánchez pero este es más chico y no le da, así que de un rebote la toman los europeos, aunque sus pases son malos. Uno de ellos busca a Xavi Alonso pero este la pierde a causa de Arturo Vidal, quien se la entrega a Alexis. Sánchez hace un enganche y la entrega al “Huaso” Isla que adelanta unos metros. Edu Vargas corre por la izquierda, la pide y cuando le llega a los pies, Casillas -el arquero rival- ya está en el suelo. Se acomoda y dispara. “Golaaaazo”, gritan desde la hinchada. “Te voy a hacer un dibujo”, piensa Abdías Fuenzalida (25).
Viñamarino y estudiante de arquitectura, este joven decidió unir sus dos pasiones, el dibujo y el retrato, para solventar sus estudios. Porque, al igual que Vargas metiendo goles, Abdías tiene talento para dibujar. Tanta es su magia, que ya hizo a gran parte de los cracks de la roja que se convirtieron en campeones de América (ver fotos). Y todo lo hace con carboncillo y papel, nada más. O sea, carboncillo, papel y su talento, nada más.
“Partí haciendo los dibujos pensando en el futbolista que admiro desde chico, así que el primer retrato fue de Marcelo Salas”, dice el artista a Publimetro dejando en claro que es fanático del Romántico Viajero y también de la selección chilena.
“Me gusta hacer dibujos de los futbolistas porque les causa más apego a la gente, pero he hecho de todo. Por ejemplo, he hecho a Wolverine, hago retratos de personas… antes hacía dibujos de animales, de paisajes, pero ahora es la gente la que me hace pedidos”, aclara.
Las medidas de sus retratos generalmente van desde los 110×77 cm hasta 156×110 cm y pide entre $40 mil a $60 mil por cada uno de ellos, dependiendo del tamaño, la técnica, y la forma que tengan los dibujos. “El precio varía por el tamaño pero también por el tiempo que me tome hacerlos”, explica.
Dice que dedica cerca de doce horas a cada dibujo, pero no las hace todas de una. Como estudia arquitectura, solo dispone de las tardes para usar el carboncillo. “A veces me demoro cuatro tardes”, añade.
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Asegura que partió en esto por un hecho fortuito. “Mi mamá me había regalado un celular nuevo, nuevecito de paquete, como se dice, y lo perdí. Entonces dije: ‘voy a hacer una serie de dibujos de mis amigos y los voy a vender muy barato para juntar la plata’. Quería hacer como cincuenta y venderlos a dos o tres lucas. Pero me fue mal y al final terminé haciendo siete. Quedé decepcionado, pero después los subí a un grupo de Facebook y ahí la gente me empezó a pedir más”, declara.
Actualmente hace retratos a pedidos. Una de las más raras peticiones ha sido “que dibuje a la gente entre medio de los futbolistas, así como ponerlos a ellos como uno más”, dice, aunque aclara que nunca ha llegado a concretar una obra así porque generalmente los clientes lo piensan mejor.
Por el momento tiene una “cola” porque está haciendo unos dibujos que le solicitaron, aunque dice que tiene disposición para hacer más pues hasta les gusta hacer videos de sus obras (ver aquí). Quienes quieran ubicarlo pueden hacerlo mandándole un mensaje de Facebook “Retratos Abdías 90“, pues no usa mucho el celular. “Al final, toda la gente está conectada todo el día a las redes sociales, entonces es más fácil”, dice y, humildemente, aprovecha de agradecer el contacto. ¡Todo un crack!
