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En Chile un 14% de la población total corresponde a adultos mayores, cifra que aumentó desde el Censo de 2002 donde las personas mayores de 60 años correspondían a un 11% de la población.
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De acuerdo a la encuesta nacional de la calidad en la vejez, un 40% de los ancianos, de cerca de los dos millones y medio que existen en nuestro país, ha sentido que a veces o a menudo le hace falta compañía y una de cada cuatro personas mayores se siente excluida o aislada de los demás.
Para poder disminuir el porcentaje de personas de tercera edad que se sienten solos y poder aumentar sus condiciones de vida, existen los voluntariados para personas mayores, donde la Fundación Juan Carlos Kantor trabaja activamente con cerca de 120 voluntarios de más de 60 años que se desenvuelven en labores de acompañamiento a otros ancianos o de larga estadía a cárceles.
Los beneficios para las personas que realizan labores de ayuda en forma gratuita son múltiples, como la reducción en un 44% de mortalidad en personas entre 55 y 85 años, disminución en la percepción de dolor y depresión de los voluntarios crónicos, esto de acuerdo a una encuesta realizada en Estados Unidos sobre el tema de envejecimiento activo.
María José Gálvez, psicóloga y directora de la sociedad de geriatría y gerontología señala que permanecer activo en la vejez trae beneficios afectivos y en actividades diarias como mejoras en las habilidades comunicativas.
“El voluntariado le da un sentido al envejecimiento, desde el compartir con otros la experiencia que han logrado en sus vidas, desde un punto de vista afectivo, porque les genera más redes de apoyo y se sienten menos aislados socialmente, y les da un sentido de trascendencia de dejar un legado para la persona que hace el voluntariado como para la familia de quien es voluntario, además en las actividades de la vida diaria ayuda a relacionarse con otros y activa las habilidades comunicacionales, logrando que sean personas activas hasta el final, pueden generar empatía con el otro, y en términos físicos se genera la necesidad de estar en constante movimiento”
Yolanda Rodríguez asiste al voluntariado desde hace cinco años en la Fundación y se dedica a las dos modalidades que existen, acompañamiento persona a persona y de larga estadía, trabajos que la han hecho sentirse cada día mejor
“Uno va con muchas expectativas al principio de tener la idea de dar muchas cosas, pero me sorprendí porque he recibido más de lo que doy, cada vez que asisto al voluntariado me siento plena porque comparto experiencias y he desarrollado la empatía. Ahora siento que tengo un motivo más por el que vivir”
En la Fundación además de las visitas a otros ancianos, las personas de la tercera edad realizan actividades de representación social como el programa “Los años dorados” en Radio Agricultura y una caravana solidaria, donde los adultos mayores salen a dar un paseo de diferentes automoviles.