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María Sonia Coronado Cárdenas murió a los 43 años padeciendo una grave enfermedad: tenía obesidad mórbida. A causa de esto, no podía moverse con independencia y pasaba gran parte del día postrada, ayudada por amigos y familiares que constantemente se preocupaba por su salud. Hace unos días atrás, falleció y ello inundó de tristeza a su entorno.
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Tratando de ser fuertes, sus cercanos realizaron todos los trámites necesarios para el funeral, pero a causa del tamaño del cuerpo de la mujer, no podían comprarle un ataúd normal, pues en el traslado y en el velatorio, requería de uno que cumpliera con condiciones especiales. El costo se elevó por las nubes.
Con pena y muy poco dinero, hicieron de todo para reunir la plata. Conversaron con el dueño de la Funeraria San Francisco, Jorge Zincker, quien entendiendo la situación, rebajó la urna a $1.188.000 que es casi el precio costo. sin embargo, los familiares de María Sonia aún no pueden reunir esa suma.
“No tengo nada. ¿De dónde voy a sacar la plata yo? Solamente pido la ayuda, de cualquiera que me pueda ayudar”, dijo a Chilevisión el viudo, Jorge Muñoz.
“Éramos como hermanas, éramos unidas. Ella se fue y yo quiero darle una despedida como corresponde”, dice Noemí, amiga de la fallecida, que está encabezando las acciones para reunir el dinero.
PUB/JLM