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Experto advierte que actual modelo de predicción ambiental está absoleto

Raúl Morales, director del Centro de Ciencias Ambientales de la Universidad de Chile, explica que no se puede seguir calculando el promedio de las emisiones por día y que ya es hora no sólo de medir efectivamente la contaminación sino que, además, de aplicar las medidas paliativas, especialmente a la población más vulnerable.

Hace exactamente tres años, el 12 de junio de 2013, que el director del Centro de Ciencias Ambientales de la Universidad de Chile, Dr. Raúl Morales, propuso a la Intendencia un nuevo modelo predictivo conformado por una red de expertos que, entre otros ventajas, permitiría adelantarse hasta en 30 horas, es decir, un día y medio, a posibles cuadros de preemergencia o alerta ambiental, prioritariamente en el sector norponiente de la capital, donde se registran los índices de polución más elevados.

“Todavía estamos esperando. Creemos que no se ha asumido el problema de la contaminación ambiental en forma seria y, por tanto, tampoco se han implementado las medidas paliativas que corresponden en estos casos. Es necesario cambiar el modelo actual, porque seguir estableciendo un promedio de 24 horas para determinar las alertas, está absoleto. Es más bien una manera burda de engañar a la población”, dijo a Publimetro el Dr. Raúl Morales.

El viernes, pese a que varias comunas registraban altísimos niveles de contaminación de partículas, finalmente el actual modelo usado por la Intendencia y el Ministerio de Medio Ambiente, determinó que sólo regiría alerta ambiental para este sábado y domingo, lo que estableció la aplicación de medidas menos estrictas. En caso de preemergencia, a la restricción de vehículos sin sello verde y la prohibición de uso de chimeneas, se suma la incorporación de la restricción a catalíticos y la paralización de las fuentes contaminantes.

“En el fondo, existe una gran diferencia entre el promedio móvil de 24 horas y el valor por horario. Durante el día nos encontramos con comunas, especialmente del sector norponiente de Santiago (Pudahuel, Quilicura, Cerrillos y Cerro Navia) que en horas de la noche cuentan con altísimos niveles de contaminación ambiental. Es decir, entre 6 y 10 horas la población está recibiendo mayor cantidad de partículas. Y, si a eso se suma alguna fuente contaminante al interior del hogar como estufas a leña o uso de carbón, el riesgo es aún mayor”, advirtió el especialista.

Cabe destacar que este año bajó el MP 2,5, por lo que se han constatado ocho alertas ambientales y solo una preemergencia. El año pasado en esta fecha se produjeron 16 alertas y dos preemergencias.

“Este es un tema que se debe resolver lo antes posible. No podemos seguir aplicando estos criterios. Finalmente decretamos la alerta cuando estamos en rasgos normales y no cuando efectivamente se produce la emergencia. Necesitamos políticas públicas que socorran a las personas más vulnerables, como ayuda económica para que no sigan ocupando leña o carbón para calefaccionarse”, sostuvo Morales.

Enfermedades respiratorias

Morales cuenta con estudios que demuestran que es justamente en la zona poniente, a propósito de la contaminación ambiental, donde se producen los problemas más graves de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.

Estos estudios confirman lo advertido la semana pasada en una investigación realizada a 188 países en vías de desarrollo, entre 1990 y 2013, y que fue dada a conocer por la revista especializada The Lancet Neurology: La contaminación atmosférica se ha convertido en uno de los principales factores de riesgo de los accidentes cerebrovasculares (ACV), sobre todo en los países en desarrollo.

De hecho, Morales, en 2013, a través del Centro de Ciencias Ambientales de la Universidad de Chile advirtió la existencia de partículas más nocivas para la salud que el MP10, como el PM 2,5, que son especies microbiológicas que podrían generar enfermedades y que provienen de la actividad industrial.

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