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Coleccionistas de boletos de micro: el gusto por reunir esos olvidados trozos de papel

Los “Boleccionistas” se juntan todos los sábados en la sede de la Junta de Vecinos del Barrio Bio Bío añorando una pasión que la llegada del Transantiago truncó. Sin embargo, se siguen juntando y relatan a Publimetro cuáles son las joyitas que existen en este mundo.

Son un rectángulo de papel que no mide más de cinco centímetros, pero los boletos de micro para un grupo de personas son algo más que un tesoro. Puede ser por su diseño, por sus colores,  por su rareza o porque en Santiago dejaron de existir con la llegada del Transantiago, pero los boletos son un objeto de colección que incluso ha sido comparada con la filatelia.

Y así es para los denominados “Boleccionistas” que cada sábado se dan cita en la sede de la Junta de Vecinos del Barrio Bio Bío, para intercambiar y buscar ese boleto nuevo, que no está en su colección.
Renato Arcos, de la Asociación Nacional de Coleccionistas de Boletos, cuenta a Publimetro que comenzó su colección a principios de los 90 y que de a poco fue encontrando a gente que comparte su pasión por estos pequeños trozos de papel.

Con ellos, desde el año 2008 formaron la Asociación y desde entonces además de intercambiar boletos han sido invitados a varias actividades  a mostrar parte de este hobbie.

En Chile, empezó a utilizarse el medio de pago en el transporte en 1880 en los denominados “carros de sangre”. Un medio de transporte público tirado por caballos sobre rieles.  Sin embargo no fue hasta 1886, con la llegada de los tranvías que se comenzaron a entregar boletos por el pago del pasaje.

Los diseños en tanto, sólo se incorporaron en el año 1920 con la incorporación de las góndolas al sistema de transporte público. Cuarenta y seis años más tarde, la Casa de Moneda se hizo cargo de la emisión y distribución de los boletos de micro para todo el país, lo que terminó en 1975, año en que imprentas  tomaron ese lugar intentando siempre diferenciarse entre sí mediante la gráfica de los boletos.

Pese a que en Santiago, las micros dejaron de entregarlos con el comienzo del Transantiago, en la Región Metropolitana y en el resto del país, siguen existiendo, por eso hay quienes siguen recolectando para incrementar sus colecciones.

Renato Arcos explica que pese a que existen ciertas “joyitas” para los boleccionistas, siempre hay algo nuevo para agregar a sus catálogos. “Lo que la gente no sabe es que cada mes salen más de cien nuevos boletos, todos con nuevos diseños”.

Sin embargo, comenta que para muchos es un hobbie desconocido, por eso ellos tratan de mostrar estos trocitos de historia. “A las personas les gusta verlos, porque los alegra y los hace recordar. «Cuando vamos a alguna actividad miran los boletos y siempre nos comentan ese boleto es de la micro en la que iba al colegio, o al trabajo, o esa micro tomaba para ir a pololear a Puente Alto, ese tipo de recuerdos”.

Por eso, todos los sábados quienes sin querer se topan con este grupo que se junta a intercambiar o sólo  conversar sobre los nuevos boletos de su colección, ellos comparten sus conocimientos.

“La mayor parte de la gente se alegra y se junta, siempre somos unos de los stand más visitados en las ferias a las que asistimos”, cuenta Arce.

Sin embargo, pese a que la mayoría de los coleccionistas no lleva la cuenta de cuantos boletos han juntado a lo largo de los años, claramente hay piezas que son el “objeto de deseo” de cada recolector. “Hay diez o quince boletos que son los más escasos. Los de la línea Sapeca, de Colina, porque circularon por muy poco tiempo; Los paraguas o los puentes de Valdivia; los de las micros El Golf Matucana; los de el Cerro Barón, en Valparaíso,; los de Fetrans de Talca y los de La Recova en La Serena”.

“A todos nos gustaría tenerlos pero son muy escasos, pero en realidad, nadie tiene todo en sus colecciones. Así sean unos boletos comunes, todos tienen ese algo que los hace especiales para nosotros”, sentencia Arce.

Encuentro Nacional

Por eso es tan importante el encuentro que realizarán el próximo 20 de agosto en un colegio de la comuna de San Miguel, primero, para conmemorar los ocho años que llevan como Asociación y también para seguir desarrollando y extendiendo su pasión.

“Nos juntamos, todos llegan con sus cajas de boletos para cambiar y al final todos se van con nuevos boletos para su colección y se pasa muy bien” cuenta Arce sobre el encuentro.

El integrante de la Asociación detalla que cada vez participa más gente y que el año pasado fue más de un centenar de personas que fueron parte de la cita.

Pero lo que más disfrutan es compartir esta pasión que no muchos conocen y que para el grupo es importante, porque les permite juntar un trocito de la historia y el patrimonio del país.

PUB/NL

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