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Ministra sueca de Empleo cuenta cómo conviven sindicatos y empresarios en su país

La ministra de Empleo sueca estuvo la semana pasada en Chile para mostrar los buenos resultados del “modelo laboral sueco”, aunque se resiste a dar consejos para la realidad chilena. La secretaria de Estado ve con preocupación los aires proteccionistas de Donald Trump: “Creo que habrá un impacto y que va a ser muy negativo. Me apena mucho que ya no se vaya a firmar el acuerdo de libre comercio con la UE y también me preocupa lo que va a pasar con el Acuerdo de Cambio Climático de París”.

Son diez millones de personas. El doble de ingreso per cápita que Chile. Más del 90% del mercado laboral está regulado por acuerdos colectivos entre los sindicatos y las empresas, y no existe el salario mínimo. Tampoco existe una Inspección del Trabajo… no  es necesaria, dicen ellos.

Es el llamado “modelo sueco” que hace unos días vino a exponer a Santiago la ministra del Empleo de Suecia, Ylva Johansson, en un encuentro organizado por la embajada de ese país en Chile.

Quizás uno de los elementos que mejor refleja este modelo, es que en el seminario expusieron Roberto Schön, representante de la Asociación de Industriales de Suecia, y Mats Svensson, líder sindical de los trabajadores metalúrgicos. Pero lo hicieron juntos, compartiendo y coordinándose en la presentación proyectada en una gran pantalla instalada en la casa del embajador sueco, Jakob Kiefer.

Junto con explicar el proceso de negociación entre las partes, los dirigentes destacaron uno de los índices de ese mercado laboral: la brecha salarial entre hombres y mujeres es sólo de un 6%.

En la ocasión, también expuso el subsecretario del Trabajo de Chile, Francisco Díaz, quien dio cuenta de las diferencias de Suecia con Chile: que en las 40 empresas del Ipsa, no existe ninguna mujer que esté al frente de una de ellas, éstas representan sólo el 5% en los directorios de las empresas y la brecha salarial es del 25%. en favor de los hombres.

-¿Cómo logran el equilibrio en este modelo sueco? ¿Cómo evitan la tiranía de los sindicatos o de las empresas?
-Es un proceso contínuo y creo que han llegado al equilibrio porque les hemos dado casi todo el poder. Los sindicatos tienen el poder necesario para ir a huelga y tomar otras acciones colectivas. Tienen todas las posibilidades.
Creo que esto se logra porque ellos actúan en representación de una gran mayoría. Representan no sólo a los obreros sino que también administrativos. No son activistas ni de un partido de izquierda necesariamente. Como es tan grande el sector que representan, tienen que ser más equilibrados.

-¿Y cómo evitan los efectos indeseados en la actividad económica por las huelgas?
-Nosotros no tenemos la posibilidad de interferir. Ellos tienen la presión de que nosotros confiamos en ellos. Aunque a veces ha interferido el Gobierno.

-Ustedes tienen gran experiencia en migración y en Chile estamos viviendo un movimiento migratorio muy  potente. ¿Qué claves ve en esta integración al empleo?
-El factor clave es que siempre hay que ver a los seres humanos como recursos para el país. Sí, es un desafío, pero también es una inversión a futuro. Por ejemplo, cuando llegaron los refugiados de Chile los recibimos por solidaridad, pero ya se han fortalecido las relaciones. Y yo creo que el énfasis no son las diferencias sino lo que tenemos en común como seres humanos y trabajar juntos para un futuro.

En cuánto a la brecha de género de las mujeres, ¿qué consejos daría para superarla?
-No soy nadie que pueda dar consejos, pero sí contar la experiencia sueca que se basa en tres pilares: el primero es el cuidado infantil de los escolares, que esté al alcance, de buena calidad, que no sea costoso. La mujer necesita no sólo dejar a su hijo ahí, sino saber que está bien.
Incluso las mujeres que no tienen empleo quieren tener a sus hijos en estos lugares porque es bueno para ellos. El 90% de los niños está cuidado por esta red
Lo segundo es incentivar a las mujeres jóvenes que ingresen al campo laboral, que tengan un cargo y vayan desarrollándose de forma tal que si salen por maternidad, puedan volver más fácilmente al mercado, que si no has trabajado en él
Y tercero, tienen beneficios parentales tanto para los papás como para las madres, pero hay tres meses que son sólo para ella y tres meses para él.
También que en todas las políticas sociales se considere como individuo no como familia, si se considera como familia es contraproductivo y no incentiva a la mujer a ir al mercado laboral. Por ejemplo en el sector construcción tenemos muy pocas mujeres y tanto sindicatos como empleadores están en una campaña de luchar contra este machismo que se da en este sector.

-¿Que visión tiene del mercado laboral en el futuro con la llegada de Donald Trump al poder en EEUU?
-Es muy luego para decirlo. Yo me sentí asustada por sus argumentos durante la campaña, pero esperamos que como presidente no aplique lo mismo.

-¿Cree que esa corriente proteccionista que podría establecer Trump pueda influir en la economía mundial?
-Sí, creo que habrá un impacto y que va a ser muy negativo. Me apena mucho que ya no se vaya a firmar el acuerdo de libre comercio con la UE y también me preocupa lo que va a pasar con el Acuerdo de Cambio Climático de París, porque es muy importante.

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