Diversas reacciones ha provocado el anuncio de un experimento inédito en Europa. Un jardín infantil de París pondrá un chip en la ropa de cada uno de los niños para controlar dónde están en cada momento y se activará una alerta en caso que salgan del recinto.
La iniciativa, que se pondrá en marcha el 2011 según informa Le Parisien, ha derivado en declaraciones a favor y en contra, aunque el Ayuntamiento de la ciudad lo descalificó por imponer a la infancia una política de control absoluto.
Los chips establecerán una conexión permanente con un centro de control de video de la guardería privada, lo que permitirá saber si alguno de los alumnos sale. Si se da el caso, la dirección del centro será alertada inmediatamente, al igual que los padres, que recibirán un mensaje en su celular.
Patrick Givanovitch, presidente de la empresa Lyberta que concibió el proyecto, ha indicado que el experimento pretende validar este sistema para “la seguridad de los niños”.
La guardería insistió en que recurrir a este sistema de supervisión no tiene como objetivo reemplazar al personal humano por un dispositivo electrónico, ya que cuentan con un profesional por cada ocho niños.