Nicolás Copano: Twitter de Chile

Muchos no desean franqueza, ni la verdad de una opinión en la red o en la tele, si no más bien la belleza y la mentira.

“Hace un buen tiempo, masificada por supuesto gracias al periodismo que encontró en Twitter una red social para encontrar cuñas sin tomar el teléfono y reducir a pocas letras demandas e inquietudes (o sea trabajar menos), se suma más gente a la red social que marca debate”. 

Aparecieron los famosos Trending Topics chilenos, después de meses de campaña de la tuitósfera nacional, enviando mensajes a horas extrañas a los creadores del sistema, que obviamente se lo tomaban con humor. 

Para los que no sepan qué es un Trending Topic, es una tema caliente (alta repetición en poco tiempo) en una red social. En Twitter hay una lista en la derecha de la pantalla que los muestra y que sirve muchisimo para entender qué noticias marcan pauta en un día.

Hace un buen tiempo, masificada por supuesto gracias al periodismo que encontró en Twitter una red social para encontrar cuñas sin tomar el teléfono y reducir a pocas letras demandas e inquietudes (o sea trabajar menos), se suma más gente a la red social que marca debate.

En todo caso, ya se pueden sacar conclusiones de la masificación del sistema: la primera es que sólo deben existir algo así como un millón de personas con comprensión lectora en Chile (que fue el número que existió hasta que había cierto orden), ya que cada vez más aparecen mensajes en las líneas de tiempo que no tienen ningún sentido o redacción lógica. Lo otro es que todos los domingos se llenan de mensajes futboleros barrabravas y para cerrar el hashtag (que es la forma de reunir temas en torno al signo #) más popular es nada más y nada menos que #esdemaraca. O sea, sexismo poco elegante.

Muchos dirán “¿y dónde quedó la integración de la que se vanaglorian ustedes los que se hiperconectan, o sea, que hasta la nana de la casa se meta al sistema?”. Yo creo que queda siempre y ahora se vuelve más democratico, pero también confirma que los medios masivos o conforme estos van creciendo, se van poniendo mas trash no porque un gerente lo decida, si no por que la cultura chilena no sólo es escasa, sino es más bien básica. Nuestros temas, locales, aventuras, son escasas. Nuestras formas de enfrentar los conflictos son escasas, si no, díganme que reducir horas de historia es una buena medida para algo y cuánto hemos hecho para frenar eso.

Muchos no desean franqueza, ni la verdad de una opinión en la red o en la tele, si no más bien la belleza y la mentira, además del sensasionalismo que nos recuerde que ups, nos podemos morir en cualquier momento. Y eso es la búsqueda más terrible, la de una evasión. El insulto es evasivo, tratar de “maraca” a a, b ó c por comportamiento a cualquiera es saltarse una conversación que busca desarrollar alguna clase de argumento para poder así facilitar un proceso. Eso es lo que quema la locura de la conectividad y la comunicación, la democratización del botón “publicar”, tal como les he comentado por estas vías no entrega el talento.

El talento se logra identificar con educación, que entrega las herramientas necesarias para que cada uno conozca el suyo, que es nada más y nada menos que lo que menos cuesta y hace más feliz. El drama humano nace en el momento en que eso no existe, los niños corren en salas de clases donde casi no hay luz y quienes tienen posibilidades mejores sobreviven en esta selva.

El resto, son sólo zombies con la capacidad de abrocharse los zapatos, acatar una instrucción y sentarse frente al teclado a escribir “conchadetumadre” una y mil veces a una figura que está instalada en un jacuzzi. Esa no es la democratización de la tecnología, les diré.

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