Dos localidades se pelean título del lugar más frío habitado por el hombre

Verjoyansk, una pequeña ciudad en la República de Saja (Yakutia), en Rusia, celebró recientemente sus 125 años como el lugar habitado más frío del mundo.

El 15 de noviembre, alrededor de un cuarto de los habitantes de la helada ciudad, esperaron a -40ºC la llegada de un grupo de dignatarios que develarían una pequeña placa de mármol en memoria de Sergei Kovalik, el científico que registró en el lugar una temperatura de -67,8ºC y con ello dio a Verjoyansk el estatus de “Polo del Frío”.

Sergei Kovalik hizo el registro el 15 de enero de 1885 y la placa en su honor sería la última de una serie de elementos -que incluyen un monumento, un museo y un hotel- que llevan el título de “Polo del Frío”.

“Para Verjoyansk, este estatus de prestigio es lo único que queda después de la caída de la Unión Soviética”, señala Syatoslav Gabyshev, quien nació en Verjoyansk y representó a la administración presidencial de Yakutia en la ceremonia de inauguración.

SALIR DE LA DECADENCIA

“Toda la región fue abandonada y entró en decadencia. Lo peor ya ha terminado y ésta es nuestra tarjeta de presentación, nuestra marca global”, agrega.

Con una población de mil 400 personas, Verjoyansk es la ciudad más pequeña de Rusia. Fue fundada por los cosacos como una fortaleza en 1638 y es la población más antigua al norte del círculo Ártico.

Llegar allí no es fácil. Yakutsk, la capital de la República de Saja, se encuentra a 625 kilómetros de distancia.

VIDA EN FRÍO EXTREMO

En el verano el terreno es pantanoso y la única manera de llegar a Verjoyansk desde Yakutsk es por avión.

Cuando las temperaturas caen por debajo de cero y se endurece el suelo, se puede llegar allí en automóvil a traves del avtozimnik o la ruta de invierno, pero le tomará cuatro días alcanzar su destino.

Sin embargo, la ciudad se está tratando de vender como destino turístico.

“Debido a su remota ubicación, no podemos hablar sobre turismo de masas”, indica Syatoslav Gabyshev, quien solía ser subdirector de turismo de Yakutia.

“Somos como Alaska o Canadá. Estamos hablando de turismo extremo, de viajes de negocios o de expediciones científicas”.

LE LLEGÓ COMPETENCIA

El único problema es que Verjoyansk tiene competencia. A más de 300 kilómetros al sur se encuentra la aldea de Oymyakon, la cual también reclama ser el “Polo del Frío”.

En 1926, el geólogo Sergei Obruchev calculó que la temperatura debería haberse ubicado en -71.2ºC.

La medición no ha sido aceptada oficialmente por la comunidad científica, pero ha dado lugar a un elemento de competencia entre las dos poblaciones por el codiciado título.

Varvara Kirilina, una profesora jubilada de 79 años de edad, es una de las principales defensoras de Verjoyansk como “Polo de Frío”. En 1990 creó un museo de historia local llamado, de forma inequívoca ” Verjoyansk: Polo del Frío”.

Kirilina rechaza la medición de -71, 2ºC de Oymyakon.

“En los últimos años, nadie ha escrito en serio acerca de los -71ºC que se supone fueron registrados en Oymyakon”, expresa.

Mientras tanto, en Oymyakon, Tamara Vasileva es la principal defensora de las temperaturas bajo cero del pueblo.

Al igual que Kirilina, ella es una profesora jubilada y, como Varvara, también administra un pequeño museo de historia local en el que se muestran documentos que atestiguan la demanda del título por parte de Oymyakon. En 2005, Vasileva publicó un libro llamado “Oymyakon: Polo del Frío”.

Curiosamente, Tamara Vasileva también rechaza la dudosa medición de -71.2ºC en Oymyakon. En cambio, centra su atención a una lectura de -67.7ºC registrados en 1933, y sólo 0.1 ºC por debajo de la temperatura de Verjoyansk.

BAJO CERO

Starkova ha vivido toda su vidaen Oymyakon y asegura que las condiciones son difíciles, en particular para las personas mayores.

“Hay poca comodidad, no hay servicios. No siempre los ancianos cuentan con ayuda social. Ayudamos con la entrega de leña y hielo (que es usado para beber agua). A estas temperaturas no pueden hacerlo ellos mismos. Hace demasiado frío”, indica.

Y a pesar de la disputa, Vyacheslav Ipatia, director de Viajes de Yakutia, no cree que el gobierno otorgará subsidios sobre la base de que se trata del “Polo del Frío”.

“Las mediciones de temperatura se llevaron a cabo sólo en Verjoyansk y Oymyakon. Podría haber sido más frío en otro lugar. La república es enorme, si se llevaron a cabo experimentos en toda la región, entonces puede ser que se encuentre un nuevo Polo del Frío”, añade.

Poca infraestructura

UN MUNDO PEQUEÑO

Uno de los pasatiempos favoritos para los turistas que viajan al Polo del Frío es lanzar tazas de agua en el aire y maravillarse al observar cómo los gránulos congelados caen sobre la nieve. Para los habitantes de Oymyakon y Verjoyansk, sin embargo, la realidad es mucho más mundana.

Las casas están hechas de troncos de madera (las carreteras no son lo suficientemente robustas como para el transporte de cemento) y se calientan con estufas de leña o carbón. Las escuelas cierran sus puertas sólo cuando la temperatura cae por debajo de los -56ºC.

La mayoría de los habitantes trabajan ya sea en el gobierno local o en la cría de animales y con lo que ganan no pueden permitirse el lujo de irse de vacaciones a climas más cálidos.

Autos en Verjoyansk con el motor encendido

La ciudad de Verjoyansk se está tratando de vender como destino turístico.

Tanto Verjoyansk como Oymyakon tienen médicos, pero para las operaciones o los diagnósticos más complejos, el paciente tiene que viajar a los centros regionales, Batagai y Ust-Nere.

El principal problema para los que viven en Verjoyansk y Oymyakon es la falta de infraestructura. Vladimir Mironov, quien trabajó como conservacionista en Yakutia, sostiene que los ciudadanos son “presos voluntarios”.

Ambos lugares son atendidos por un aeropuerto (Batagai y Ust-Nere) pero el precio de los pasajes son prohibitivos, alrededor de 500 dólares para un vuelo de ida a Yakutsk.

Hay un servicio de taxi desde Yakutsk a Oymyakon, que tarda 20 horas, y cuesta alrededor de 250 dólares. Además, cuando son ocho las personas a bordo de un jeep ruso, hay poco espacio para las piernas.

Puede ser un un poco prematuro para confiar en el turismo como fuente para traer riqueza a Oymyakon y Verkhoyansk. De acuerdo con Vyacheslav Ipatia, sólo entre 20 y 30 turistas visitan cada año.

Tags

Lo Último


Te recomendamos