Los pingüinos de papá
Nota ▪▪▫▫▫
Actores Jim Carrey, Carla Gugino, Angela Lansbury, James Tupper.
Duración: 95 minutos
Género: Comedia.
Un alto ejecutivo en Nueva York recibirá como herencia un grupo de pingüinos que generarán un caos en su vida. Cuidar a los animales no es nada fácil, y rápidamente se encontrará en aprietos en la casa, en el trabajo y con su familia.
Uno espera encontrarse con un Jim Carrey estridente, sin embargo baja un poco las revoluciones para dar paso a la emotividad familiar. Cliché al máximo que logra algunos buenos momentos.
Asimismo, con mi experiencia personal al tener un sobrino pequeño, te vas dando cuenta que, aunque la cinta carezca de excelencia y total gracia, los niños se divierten por las caídas tontas y los chistes escatológicos aptos para ellos, aunque uno esté a punto de entrar en una reponedora siesta.
Dirigida por Mark Waters, quien nos sorprendió gratamente con “Chicas pesadas”; quien pasó desapercibido con “Ojalá fuera cierto”, y quien nos desilusionó con “Los fantasmas de mi ex novias”.
Culpable o inocente
Nota ▪▪▫▫▫
Actores Matthew McConaughey, Marisa Tomei, Ryan Phillippe.
Duración: 118 minutos
Género: Thriller.
Mickey Haller es un abogado con un sello bastante personal y se las verá difícil cuando le llegue el caso de un playboy de Beverly Hills que es arrestado por atacar a una joven.
McConaughey nos confirma que puede actuar algo más que comedias tontas; sin embargo, se le escapa, de tanto en tanto, su cara de “goofy”. Por otro lado, la historia carece de peso y originalidad, convirtiéndose en obvia, más allá de un elenco que se mantiene parejito. Dirigida por Brad Furman.
Winnie the Pooh
Nota ▪▪▫▫▫
Duración: 69 minutos
Género: Animación.
Regresamos al Bosque de los Cien Acres donde el tierno oso y sus amigos Tigger, Conejo, Piglet, Cangu, Rito, y con nada menos que Igor, quien ha perdido su cola. Búho enviará a toda la pandilla a una gran misión para salvar a Christopher Robin de un problema imaginario.
Hay momentos bellos en este estreno. Así, nos olvidamos del 3D estridente para dar paso a una vieja escuela con un poquito de renovación; y vieja escuela que da pie para un análisis sobre el actual gusto infantil: qué tipo de películas prefieren, ya que hace rato que se divierten con bastante violencia y esquizofrenia incluida -la que viene, por lo demás, de los adultos creadores de cintas animadas-.
Para niños bien, pero bien pequeños, si es que hay aún no corrompidos por esa esquizofrenia, es esta película dirigida por Stephen J. Anderson y Don Hall.