Opinión

Columna de libros: "Sexo, drogas y chocolate"

Por Eduard Von Europa

Ficha técnica Idioma: español. Título original: Sex, Drugs and Chocolate (en inglés). Sello editorial de origen: Fourth Estate / División Harper Press . Fecha de publicación: Año 2008, en Londres, Reino Unido. I.S.B.N original: 978-0-00-712708-5. Traducido por: Milena Busquets . Fecha de publicación en español: Año 2009, en Barcelona, España. Autor: Paul Martin . Género: sin especificar. Sello Editorial: Ediciones B. I.S.B.N.: 978 – 84 – 666 – 4049 – 7. Encuadernación: tapa dura con solapas. Páginas: 395. Formato: 23 1/5 x 16 cm.  

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Este libro es atractivo por las palabras de su título, magnéticas y poderosas a su modo, y da enormes satisfacciones al lector. En efecto, se trata de un “tratado sobre el placer”, con todos los tipos que se puedan imaginar.

El libro da cuenta, entre otras cosas, cómo, a través de la historia, las autoridades laicas y religiosas han intentado controlar las principales fuentes del placer humano y condicionar tenazmente el comportamiento sexual, el uso de drogas psicoactivas y hasta las comidas. El autor refuta con agudo fundamento científico, en tono inteligible y buena prosa. Además, dice que es bastante probable, que hayan tenido un torcido entendimiento, respecto de la opinión de Platón, para el cual, -en algunos textos-, la búsqueda del placer es el mayor estímulo para hacer el mal.

Después, se explora la naturaleza de la pasión y la adicción, con todas sus consecuencias. También se analizan los mecanismos biológicos –en lenguaje amigable-, tanto del placer como la adicción, el delicado vínculo entre el placer y el dolor, la escasa relación que hay entre el placer y la posibilidad de una felicidad cierta, y qué rol juega el aburrimiento, en el comportamiento humano. Luego, viene el examen de las vidas de personajes reales que la mayoría de las veces estuvieron al límite por buscar el placer como hedonistas o vieron en las drogas alguna oportunidad de alivio; la reina Victoria usaba marihuana para poder vencer sus dolores menstruales, Sigmund Freud , prescribió cocaína para pacientes y la usó para sus propias jaquecas, en tanto que el consumo de opio, no se queda atrás, porque Marco Aurelio (el emperador del estoicismo tardío) lo empleó asiduamente, al igual que Robert Louis Stevenson . Del alcohol, algo se dirá del perseverante Churchill y del abstemio Hitler . En el camino aparecerán también estrellas como Elvis Presley , Errol Flynn y Janis Joplin , y otros “buscadores de sensaciones fuertes” como Ernest Hemingway , Jhon Wilmot , Jhon Mytton , Aleister Crowley , entre otros.

Obviamente se refieren muchos tipos de sexo y drogas, y por supuesto, chocolate –sustancia que este comentario dejará a entero descubrimiento, a ver si el lector se atreve con algunas exploraciones prácticas antes de la hora de leer-. En relación al sexo, como ya se señalaba anteriormente: la ciencia ha otorgado pruebas –todas estas irrefutables-; sencillamente las religiones o el Estado no han podido dar una opinión contundente y empírica. De hecho, la ciencia sugiere que el sexo por entretención (en todas sus formas) es bueno para la salud. Desde orgasmos para aliviar el estrés del trabajo, reducir los riesgos cardíacos y la posibilidad de cáncer de próstata, hasta para provocar activaciones al sistema inmune. Por cierto, el autor, realiza una apología de la masturbación como una conducta biológicamente normal. Y emprende con una casuística: osos ardientes en el bosque, ciervos muy inquietos, simios que gozan de su cuerpo, y los más creativos del reino animal –por lo que se lee-, tanto por las técnicas, la libertad y la capacidad de disfrutar de esta tarea: los delfines.

Con mayor precisión, uno de los principales temas de este libro, será diferenciar lo que significa el placer y el deseo; la diferencia de orden biológico y conductual, entre que nos guste algo por placer y querer algo por deseo. Se explica que las fuerzas del placer y el deseo, están en el centro de cada conducta humana, y que estas fuerzas entran en acción, especialmente, cuando toman contacto con lo que Paul Martin llama “la santísima trinidad del sexo, las drogas y el chocolate”.

¿Qué son el sexo, las drogas y el chocolate? Son objetos de deseo en todo el mundo, sin importar la cultura. La tríada despierta pasiones colosales. El autor plantea en el libro, que si existe una utilización correcta, puede aumentar el bienestar físico y psicológico, pero también pueden provocar daños, por la falta de criterio y adecuada información. También analiza casos extremos, como aquellos que dicen que todas las drogas son sustancias peligrosas con dependencia consecuente; aquí se presentan observaciones y matices. O incluso, sorpresivamente, se da cuenta de casos biológicos y psíquicos de personas, con incapacidad para sentir placer o con serios bloqueos emocionales; en este sentido, se dan perspectivas de sanación terapéutica.

En último término, cualquiera sea la impresión o las posibles interpretaciones de este libro que entretiene y motiva-, estas fuentes de placer están acotadas, en mayor o menor medida, por los códigos culturales, por las diferentes tradiciones éticas y religiosas y las leyes. Naturalmente, las conclusiones más notables, corresponden a la dignidad del lector.

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